Drácula, clásico por excelencia del terror, fue publicada en el año 1897. Su creador fue Bram Stoker, y aunque no fue esta su única obra, sí es cierto que fue esta novela la que se encargó de inmortalizarlo como escritor.
Además, Bram Stoker fue pionero en tratar el tema del vampiro moderno, que gracias a él pasó a ser una criatura más realista, igual de cruel, sanguinaria y vengativa, pero más creíble. Según muchas fuentes, el escritor irlandés se inspiró en un personaje histórico real, llamado Vlad Tepes y conocido como Vlad Draculea, príncipe de la actual Rumanía. El emperador era conocido por sus implacables y sangrientos métodos de tortura, y puede ser que fuese esta característica de vileza la que tres siglos más tarde configuraría la personalidad del Conde Drácula.
Ver la vida literariamente no es cegarse a la vida, sino verla más clara. El que escribe no vive para contar: cuenta para vivir más, y de paso, contagiar más vida a los que leen.
¿Y cómo se consigue -bien o mal, quién lo juzga- consumar el sino, tan modesto y molesto, de escribir? Es un aprendizaje solitario y sin término. No hay maestros ni guías. En él, cuanto más solo se pueda estar, mejor.
Como lo prometido es deuda, hoy voy a hablar de Carrie, una de las más célebres novelas del escritor Stephen King. Se publicó en 1974, y fue la obra que dio comienzo a su popularidad.
Antes de comenzar, debo decir que doy una descripción bastante detallada de la historia, por lo que es posible que desvele algunos acontecimientos que los que aún no la han leído prefieran descubrirlos por sí mismos. En ningún caso revelo el final, pero en fin, prevengo a quien quiera esperar.
Si hay un título orientativo para el contenido de una novela, ése es Nada.
Se me ha ocurrido hablar de ella a raíz de alguna crítica que vi por internet en la que mostraban su desagrado por la novela por ser tan (aparentemente) simple.
Antes de nada, es necesario situar el libro en un contexto histórico: Nada se publicó en el año 1944, es decir, en plena depresión económica y social tras la reciente Guerra Civil.
Hechizofue una de esas novelas que encontré por casualidad.
El día del libro se celebraba en mi instituto montando un "minimercadillo" de libros y por cada compra te regalaban un clavel. Por entonces yo tendría unos 13 años, y ya comenzaba a engancharme al mundo de la literatura.
Para mí era prácticamente una obligación dedicar una entrada a este escritor. Stephen King es un nombre de sobra conocido por sus historias de terror. Para mí, es un narrador magnífico, una de las figuras más relevantes de los últimos años dentro del panorama literario.
Su vida no fue, ni es en la actualidad, fácil. Comenzó su carrera con serios problemas económicos; escribió su primera novela, Carrie, en una caravana poco después de casarse con su mujer, y a esta precariedad económica hubo que sumarle los problemas con el alcohol que sufriría en los años siguientes.
Tras la publicación de dicha novela (la cual King abandonó en un contenedor y su mujer recuperó, animándole a terminarla) la fama y el reconocimiento del escritor norteamericano crecieron notablemente.
Hoy por hoy, Stephen King no solo es considerado el maestro del terror enEstados Unidos, su país de nacimiento, sino también a nivel internacional.
Me gusta especialmente su capacidad para combinar el terror auténtico con un desarrollo de los personajes y su introspección fascinante. Así, encontramos una narración donde se muestra la invisible frontera entre realidad y locura, plagada de elementos misteriosos y escalofriantes.
Destaco asimismo su capacidad para meterse bajo tu piel y hacerte sentir lo que sienten los personajes. El potencial de las obras que he leído de él hasta el momento está basado en la empatía; la tristeza, dolor, desesperanza y horror de las penurias de los protagonistas, que a veces puedes sentir como tuyas propias. Por supuesto, la combinación de estos elementos con la sangre y la violencia es lo que convierte sus novelas en terror. Un terror coherente y medianamente verosímil.
De entre sus novelas he leído El Resplandor, Carrie y Misery, de las cuales haré reseña y comentario en pocos días.
Hoy me toca hablar de un libro y de un autor que realmente me fascinan. Y sí, el autor se encuentra entre mis favoritos a pesar de que tan solo he leído una obra suya.
Stefan Zweig
(1881-1942)
Stefan Zweig es el nombre de este escritor, nacido en Austria en 1881. Sus escritos se sitúan en la primera mitad del siglo XX, y su figura recabó gran importancia dentro del mundo de las letras europeas. Escribió mayoritariamente biografías, pero con el estilo de una narración literaria muchas de ellas.
Además, Zweig posee una sorprendente habilidad en la descripción de emociones humanas (se le conoce sobre todo por su introspección psicológica).
En su novela Carta de una desconocida, dicha capacidad para describir y empatizar los sentimientos de la protagonista queda evidenciada, pues es ella en todo momento quien nos relata su trágica y obsesiva historia de amor. Digo obsesiva porque, más que una historia de amor, ésta es la historia de la obsesión de una mujer trastornada por culpa de un amor imposible, irracional.
Es un libro de corta duración, sencillo pero al mismo tiempo intenso, puesto que encierra una gran fuerza sobre las pasiones humanas, y me atrevería a decir que en cierto modo hasta de la locura.
Sin lugar a dudas, lo que más me sorprendió del libro es la gran capacidad de Zweig para desarrollar la personalidad y psicología femenina de forma tan fiel y verídica.
Espero que no dentro de mucho tiempo vuelva a hacerme con alguna de sus excelentes narraciones, y contar así en este blog qué tal mi experiencia.
Últimamente me son frecuentes los retos y desafíos, y lo cierto es que estoy empezando a cogerles gusto.
En los últimos blogs literarios que he visitado he encontrado lectores que se han propuesto una determinada cantidad de libros para leer en este año que está a la vuelta de la esquina. Y bueno, me ha parecido una idea fantástica a la vez que estimulante: por un lado, se incentiva la lectura, y por otro (esto en mi caso) se aporta material para escribir en el blog.
10 libros para el 2013
Los bloggers que han aceptado el reto son realmente admirables, pues ya en años anteriores se han propuesto leer entre 50 y 100 títulos, consiguiendo la victoria la mayoría de ellos.
Por mi parte, mi valentía no es tanta, así que he decidido elegir 10 títulos que leer en este 2013, de modo que al menos pueda leerme uno al mes de esos "obligatorios". Además, esta cantidad me parece más adecuada para mí porque si hay algo que no me gusta con respecto a la lectura es la planificación total, es decir, decidir qué leer con premeditación. Así que sigo manteniendo mi flexibilidad, pero añadiendo un poco de presión, que nunca viene mal.
Dicho esto, aquí dejo la lista de los libros que TENGO que leer en 2013, colocados por orden de preferencia (intentaré cumplir este orden en la medida de lo posible):
Million Dollar Babyme ha parecido una buena película. La historia tiene como protagonista femenina a Maggie Fitzgerald, cuya mayor aspiración es ser entrenada por Frankie Dunn (Clint Eastwood) para convertirse en una boxeadora profesional. En un principio, Frankie muestra grandes prejuicios y reticencias a entrenar a Maggie, pues él "nunca entrena a chicas". Sin embargo, en seguida se da cuenta de la persistencia y la madera de la joven en el boxeo, y accede a ayudarla hasta que encuentre un representante. Así comienza una gran amistad y un camino en el que ambos aprenderán a defenderse no solo de los golpes físicos, sino también de los que asesta la vida.
Una de las principales razones por las que me ha gustado es esa: la trama se centra en el boxeo, pero sacan mucho partido a temas sobre la amistad, la confianza, la superación de obstáculos y prejuicios, la lucha por llegar a ser lo que sueñas, etc.
Las interpretaciones en general son buenas, en especial la de Hillary Swank, quien ganó un Globo de Oro y un Oscar en 2004 por esta actuación.
De pronto me ha venido a la cabeza la idea de que necesitaba escribir acerca de las películas que marcaron la infancia de varias generaciones y que sin duda quedarán grabadas en la memoria de todos nosotros, sin importar cuán adultos seamos.
Ya sé que el título no es totalmente correcto, puesto que UP no es una producción de Disney como tal; en realidad se trata de una película de Pixar, pero distribuida sin embargo por Walt Disney Pictures (al final, viene a ser todo más o menos lo mismo). No, no es una película, para mí es una obra maestra. Creo que UP es prácticamente mi favorita.
La novela predilecta de muchas mujeres por excelencia: Orgullo y prejuicio. Después de tanto, tanto escuchar hablar de ella, este verano por fin conseguí leerla. ¿Mi opinión resumida en una frase? Me gustó, pero sin llegar a apasionarme.
Un título tan célebre como su creador, el escritor dublinés Oscar Wilde. Si hay algo que caracteriza esta novela, es la peculiaridad de su argumento, personajes y estilo narrativo. En resumen: una obra muy poco convencional en todos los sentidos.
Se trata simplemente de cerrar los ojos e ignorar las manchas negras de tinta sobre tu impoluta hoja en blanco. Mientras antes te acostumbres a ellas, mejor: aparecerán cada vez más sin que puedas evitarlo.
Para ser feliz hay que estar en un punto medio entre el egoísmo y la indiferencia, pues no por muy generoso que seas el mundo va a detenerse de repente para darte las gracias y enmendar sus errores. No se trata lógicamente de vivir al margen de la moralidad y hacer daño al prójimo. Haz las cosas lo mejor que puedas y ante todo sé tú quien se de cuenta de sus fallos. Tampoco te machaques sin cesar por ellos, a tu lado seguramente habrá alguien que los tenga y hasta se enorgullezca de ellos. Debes aprender un poco de todo el mundo, pero sin imitar a nadie.
Si he aprendido algo en estos últimos meses, es que todo es más fácil cuando quieres que sea más fácil. De pronto todas las sombras que oscurecían mi perfecto día soleado dejaron de tener importancia, por la sencilla razón de que he terminado por aceptarlas. Cuando hay días soleados, los acepto con gratitud, y cuando vienen los nubarrones, miro hacia arriba, les doy los buenos días y dejo que me acompañen durante mi jornada. Qué más da, ya se irán cuando quieran. Son caprichosos y mandones, y no seré yo quien los contradiga.
Confieso que a pesar de todo me costó llegar a este punto. Pasé mucho tiempo, demasiado tal vez, estancada en mi actitud disgustada e inconforme. Es cierto que probablemente la solución llegó gracias a los cambios significativos que se produjeron en mi vida de forma un tanto repentina, y afortunadamente la mayoría de esos cambios fueron positivos. Se me cumplieron muchas cosas por las que había estado esperando, así que no niego que mi estabilidad no sería la misma si tales cosas, "sueños", todavía no hubiesen aparecido. Y digo nuevamente que este hecho no implica que mis monstruos interiores hayan desaparecido por completo. Siguen escondidos, al acecho, en cada recoveco de mis pensamientos, pero la única forma de luchar contra ellos es afrontarlos lo mejor posible mientras estén, y disfrutar de su ausencia al máximo hasta que regresen.
Tengo que decirlo de antemano: ni el libro ni la película me gustan. Por salvar no salvaría ninguno, pero bueno, digamos que en un caso extremo me quedaría con la novela, que tiene un título ligeramente diferente al de la película: El cuaderno de Noah. Por alguna razón cambiaron estas dos palabras en negrita por diario y Noa, respectivamente. Sea como sea, ninguna de las dos versiones de las que tanto escuché hablar me convenció. Y cada vez que digo esto, la mayoría de la gente se sorprende.
Me atrevería a decir que al menos un 95% de las buenas críticas del libro y la película pertenecen a un público femenino, porque como ya se sabe la temática romántica es preferida casi en su totalidad por mujeres (y sí, no me olvido de que siempre pueden haber excepciones).
Esta será una entrada musical, así que no haré ningún tipo de análisis ni comentario. La múscia ya se vale por sí misma para expresar, sin necesidad de palabras.
Elegí este tema porque es uno de mis favoritos de entre las canciones de Lenny Kravitz.
Está muy bien conocerse las obras clásicas. Para mí es fundamental leer todos aquellos títulos considerados los mejores dentro del panorama literario. Aún así, pienso que esto es tan fundamental como dar una oportunidad a esos relatos, cuentos o novelas que cierto día encontramos en una estantería por casualidad, sin haber oído hablar ni del título ni del autor. Como es lógico, no hay que esperarse grandes obras, ni tampoco comparar esta literatura con la que mencioné unas líneas arriba. Sin embargo, mantengo la opinión de que estos libros desconocidos o de escasa fama a veces pueden dar gratas sorpresas. El primer ejemplo que daré de ello (y no será el único) se corresponde a un libro de relatos. Futuro Imperfecto es su nombre, y para mí tanto éste como el del autor eran hasta entonces una novedad. Aunque está compuesto por relatos, es fácil extraer un tema común de todos ellos: la humanidad intentando hacer frente a los problemas típicos de una sociedad futura. Se puede decir que todas estas narraciones son de ciencia-ficción. Lo más curioso de todo se que el libro fue escrito en el año 1980, y ni siquiera tras estas treinta décadas ha perdido su vigencia. Una de las cosas que más destaco
Me he dado cuenta de una cosa con respecto a mi blog: la gran mayoría de entradas resumen o tratan temas que me gustan, por tanto no suelen haber opiniones negativas en ellas. Si hay algo con lo que no estoy para nada de acuerdo es con las críticas destructivas, sin fundamento, y mucho menos con las ofensivas, lógicamente. Sin embargo, una opinión puede estar a favor o en contra de cierto asunto, gustar más o menos, o simplemente desagradar por completo. Todas estas opciones para mí son válidas, siempre y cuando se cumplan unos criterios en base al respeto. He decidido que a partir de ahora haré también críticas no tan favorables, es decir, no me dedicaré únicamente a alabar, sino a exponer las razones por las que una película, libro o X tema no me haya gustado, conmovido o fascinado. Dicho esto, queda inaugurada la nueva etiqueta "Sobrevalorados".
Como bien indica el título, hoy quiero escribir sobre una novela corta, pero que forma parte de los clásicos de la literatura alemana. Es, por consiguiente, una obra de gran consideración y precursora del Prerromanticismo.
Si hace unos días hablaba de la mala literatura adolescente, hoy voy a centrarme en una historia que para mí sí entra dentro de la buena literatura (que no necesariamente tiene que ver con las obras clásicas, ni mucho menos). Los juegos del hambre fue publicada en el año 2008, pero para que su éxito fuese rotundo tuvo que esperar hasta el presente 2012 gracias al lanzamiento de la película homónima, todo un boom taquillero.
La versión que primero vi fue la cinematográfica, y digo sin pensármelo dos veces que valió la pena. Dentro del mundo fantástico en el que transcurre la trama se esconde un claro mensaje, una muy acertada metáfora sobre nuestro mundo real. Además, esta película no solo va dirigida a un público joven, sino que pueden verla también adultos, puesto que, como decía, su mensaje es aplicable tanto a mayores como menores.
He comentado en alguna entrada que la pintura es una disciplina que me llama bastante la atención, pero no en un sentido profesional. Es decir, que me gusta la pintura para observarla y admirarla, pero no de forma crítica, puesto que la experiencia que tengo en estudios artísticos es más bien poca.
Como en casi todo lo que reseño y comento en este blog, trato los temas desde mi forma personal e individual de verlos, basándome únicamente en mi propia opinión.
El cuadro que hoy quiero alabar es una obra de renombre de un pintor más que conocido: Vicent Van Gogh. Como todos los artistas, este hombre plasmaba en sus dibujos su introspección; sentimientos normalmente en relación con los miedos y temores más íntimos, que curiosamente fueron el germen de inigualables obras de arte.
Van Gohg se incluye dentro del grupo postimpresionista. Si me preguntan qué estilo artístico me gusta más, elijo el Impresionismo y Postimpresionismo sin pensármelo dos veces. Obras son muchas las están entre mis favoritas, y entre ellas creo que no podría decantarme por ninguna.
Mi intención con esta entrada no es otra que expresar lo mucho que me transmite y fascina La noche estrellada, así que bajo ningún concepto hablaré de técnicas, características de la época, contexto histórico-social, etc. Tan solo diré que este peculiar paisaje nocturno de un pueblecito custodiado por enormes estrellas y una luna amarilla en cuarto menguante me parece excepcional. Dentro de la sencillez del cuadro se esconde un poderoso magnetismo. Puede que lo que más me atraiga sea la mezcla de colores oscuros y fríos con los brillantes amarillos y blancos que crean un contraste increíble.
Seguramente en otra ocasión vuelva a dedicar otra entrada a las obras de este pintor. Mientras tanto, hoy me centro en La noche estrellada, y que con esta imagen cada quien saque sus propias conclusiones:
No me considero una fanática del cine de terror por una razón bastante simple: el terror, tal y como se entiende hoy en día dentro de la cinematografía, no se corresponde con las desesperantes sensaciones de miedo y pavor, sino más bien con el morbo por la sangre y la muerte. Este tema ya lo comenté en mi entrada sobre la película El resplandor, por tanto no volveré a explayarme en ello.
En lo que respecta a La huérfana, no sabría en qué categoría meterla, la verdad. Desde mi subjetividad, sí posee las características propias sobre miedo y sensaciones de angustia, pero además mezcla con éstas sangre y suspense. Hoy en día es verdaderamente difícil hacer clasificaciones de este tipo de películas.
Una de las más célebres novelas del escritor José Saramago es sin duda Ensayo sobre la ceguera. Terminé de leerla hace un par de días, y debo decir antes de nada que es uno de los libros más destacados de entre mis lecturas de este año. Llevaba ya bastante tiempo sin que un libro lograse captar mi atención, sin introducirme completamente en la historia y en cierta forma hacerme cómplice de ella.
La esencia del argumento puede parecer tópica (no desde mi punto de vista, sin embargo): todo comienza el día en que un hombre dentro de su coche se queda parado delante de un semáforo porque se ha quedado repentinamente ciego. No obstante, esta ceguera es especial, porque además de no presentar ningún síntoma previo, es una ceguera blanca, todos los que la padecen solo pueden ver una blancura límpida y brillante. A partir de ahí, la ceguera se va extendiendo a más personas, y como primera medida, el gobierno decide encerrar a todos los "contagiados" en un antiguo manicomio. Los protagonistas a partir de aquí serán los componentes de un grupo muy variopinto, pero que a pesar de sus diferencias permanecerán unidos y prestándose apoyo y confianza, cosas muy difíciles de mantener en circunstancias tan desesperadas.
Si mi memoria no mentía. 1961, si mi memoria no mentía. ¿Y qué es, acaso, la memoria sino una gran mentira? ¿Cómo podría yo ahora estar seguro de que aquella era, en efecto, la última noche de 1961? O de que la vieja maleta de madera y de hojalata de mi padre está realmente pudriéndose en el huerto bajo un montón de ortigas. O -¿por qué no?- de que no fuera Sabina la que, al irse, arrancó de su sitio y se llevó consigo todas las cartas y fotografías.
¿No lo habré quizá soñado o imaginado todo para llenar con sueños y recuerdos inventados un tiempo abandonado y ya vacío? ¿No habré estado, en realidad, durante todo este tiempo, mintiéndome a mi mismo?
Esta vez quiero centrarme no tanto en una crítica cinematográfica, sino en una crítica social, o más bien en una opinión personal. Esta idea surgió a raíz de un debate que hicimos en una clase del curso pasado.
Mar adentro, desde mi punto de vista, es una muy buena película por una razón esencial: la interpretación de los actores. A pesar de las críticas y los comentarios poco aduladores que se le hacen con frecuencia a Javier Bardem, para mí es innegable que sus actuaciones son, por norma general, brillantes. Y dejo al margen su vida personal o su actitud ante los periodistas. Me atrevería a decir que es una de las mejores estrellas que ha dado el cine español. Esto es extensivo a su compañera de reparto Belén Rueda, también destacable por ésta y otras interpretaciones que ha realizado.
Para ser breves, diré que la película está perfectamente ambientada, que los personajes son ciertamente realistas (no olvidemos que se trata de una historia basada en hechos reales), y que se refleja con exactitud un tema que aún hoy en día es fuente de debate: la eutanasia.
Sí, lo admito desde ahora: siempre tuve un gran prejuicio contra este tipo de lectura. Y bueno, por desgracia no es solo algo personal, ya que es mucha gente la que comparte la opinión de que leer cómics es más bien algo para frikis. La mayoría de prejuicios ya se sabe que son infundados, y que las generalizaciones es preferible evitarlas. Pero para bien o para mal, el ser humano nunca está libre de ellos; de una forma u otra todos pecamos alguna vez de juzgar antes de conocer.
Pues bien, el hecho de que me haya decidido a leer por primera vez un cómic fue principalmente debido a una especie de reto. Un lector muy asiduo me instó a leerlo con la intención de hacerme vencer dicho prejuicio. Para ello se valió de Herencia malsana, una historia gráfica de intriga, suspense y asesinato inspirada en un relato del célebre escritor Allan Poe. Dentro del mundo del cómic es posible que no se encuentre entre los más populares o los mejor valorados, pero no está mal para alguien que se está introduciendo en este mundillo.
En lo personal me pareció una historia entretenida, disfruté leyéndola. Me gusta la atmósfera cargada de misterio y tensión, además de la caracterización de los personajes: una familia que se desmorona por culpa del egoísmo de cada uno de sus integrantes; a excepción de Sam, el hijo adoptado de los Usher, el único que muestra intención de mantener a la familia unida.
Lo que más me contenta fue haber vencido mi prejuicio, por tanto aquél lector del que hablé cumplió en buena parte su cometido. Es posible, por tanto, que vuelva a animarme a leer otro(s) cómic(s). Sin embargo, dejo claro que entre mis preferencias aún se encuentran mayoritariamente las novelas y películas, y dudo que las historias gráficas vayan a ocupar algún día su lugar.
En conclusión, como experiencia ha sido muy interesante, y agradezco que me hayan ofrecido material diferente sobre el que escribir en este blog.
Hacía ya tiempo que quería dedicar una entrada a esta novela. Si de entre todas la que he leído, tuviese que elegir una que realmente me haya marcado, creo que sería ésta. Y advierto que no es ni mucho menos el mejor libro de mi vida. El hecho de que me haya dejado huella creo que va más bien en relación con las circunstancias en las que lo leí. En sí también es cierto que la historia es espeluznante y consigue provocarte auténticos sentimientos de desesperación y pena, pero digamos que no es una obra maestra de la literatura, lógicamente.
Leí Flores en el ático hace ya más de tres años, y por aquella época tendría yo unos 15. Me encontraba en el típico momento de cambio y transición, y francamente es una etapa que no me gustaría volver a vivir. Además, también comenzaba a introducirme en un tipo de literatura más abierta; empezaba a tener una percepción distinta de lo que leía, a tener incluso una visión algo más crítica.
Etta James es una de esas cantantes cuya voz posee una gran personalidad y poderío. Aunque no se haya convertido en un mito de la música, su voz es fácilmente reconocible gracias a una canción actual (del pasado año 2011) del rapero Florida. Se trata nada más y nada menos que de Good feeling, la cual suena en todas las discotecas. Además, el grupo Avicii también se hizo con el estribillo de la original canción homónima de Etta. Ambas versiones tienen en común que sin el portentoso tono de la cantante no habrían alcanzado tal éxito.
Para ser sincera no hace mucho que la conozco, bueno, más bien no hace mucho que me enteré de quién era realmente; pero ya desde el principio me impactó. Como ya dije, las canciones antes mencionadas no serían lo mismo sin la participación de esta cantante.
Antes de nada tengo que dejar claro que he visto más bien pocas películas de este director. La más reciente ha sido la mencionada en el título. De todas formas, con solo ver un filme dirigido por Tim Burton se puede hacer una sentencia válida para la casi totalidad de sus películas: se tratan de historias realmente extrañas. La característica principal del director estadounidense no es otra que el surrealismo, la combinación del terror con el humor, la imaginación...
¿Se puede romper un corazón que ya no late?
La novia cadáver, por su parte, presenta sin lugar a dudas todas estas cualidades. El protagonista es un joven llamado Víctor Van Dort, quien ha sido prometido a una joven de familia aristócrata (pero arruinada) de su mismo pueblo. Por suerte para ambos, nada más conocerse quedan prendados el uno del otro. Más adelante, por una serie de enredos varios, que solo se pueden conocer viendo la película, Victor se topa con una novia cadáver, quien se lo lleva consigo al mundo de los muertos. Al instante se percibe la peculiaridad del cambio de escenario: las imágenes del mundo de los vivos están cargadas de tonos grises, oscuros y fríos (otra característica propia de Burton), mientras que ahora, en el mundo de los muertos, no solo reinan el color y la luz, sino que también hay una atmósfera de alegría y jolgorio desconcertante.
Es muy probable que el género predilecto de los niños y adolescentes (entiéndase adolescentes de entre 13 y 16 años aproximadamente) sea el de la fantasía, tanto en el cine como en la literatura. Una prueba clara de ello se encuentra en la mundialmente conocida saga de Harry Potter, uno de los mayores fenómenos de los últimos años. Pero paralelamente a este tipo de literatura, también es evidente el furor que causa un nuevo estilo, por así llamarlo, de narrativa. Narrativa igualmente conocida y exitosa alrededor del mundo, pero en mi opinión carente de calidad. De ahí las comillas del título.
Por regla general, si tengo que elegir entre versiones cinematográficas o libros, me decanto sin duda por los segundos (a no ser que la película haya salido con anterioridad, en cuyo caso sería al contrario), por un motivo no solo de originalidad, sino también de fidelidad a los autores. Pero, para bien o para mal, siempre hay excepciones. Es lo que me ocurrió con la obra de Gustave Flaubert. La leí hace algo más de un año.
No es en ningún caso una mala novela, por supuesto, aunque no la salvaría si tuviese que hacer una lista de mis clásicos literarios preferidos. Me pareció que su ritmo era extremadamente lento, tedioso.
El argumento en sí es muy bueno, más si atendemos al contexto histórico, ya que, como es lógico, en la época en que fue publicada (año 1857), la sociedad no vio con muy buenos ojos la historia de una mujer adúltera, y por tanto fue en cierta forma una revolución narrativa. La sensualidad y el adulterio femenino a ojos de la "moralidad" eran un tema tabú que Flaubert se encargó de destapar, lo cual tiene gran mérito. Por otro lado, también es cierto que los personajes están muy bien desarrollados y que la capacidad expresiva, en especial para describir sentimientos, es indiscutible. Sin embargo, la novela no consiguió cautivarme.
Antes de pasar a comentar propiamente esta obra, quiero aclarar que he la he elegido por una razón particular. Hace unos días me encontraba comentando y opinando con una persona muy cercana nuestros gustos y experiencias literarias, y salió a colación esta novela. Dicha persona me dijo que ya hacía algún tiempo que la había leído, y que a pesar de que no recordaba con mucha exactitud el argumento, la sensación que le quedó fue más bien de disgusto. Lógicamente respeto su opinión, pero difiero totalmente de ella.
Otro de los grandes clásicos de la literatura lleva un nombre de sobra conocido: Frankenstein. Sin embargo, el auténtico título que en su momento dio la autora del libro era Frankenstein o el moderno Prometeo. Dicho título tiene su explicación basada en la mitología griega. En breves palabras y para no entrar en grandes detalles, Prometeo fue uno de los dioses encargados de otorgar facultades a los seres humanos cuando éstos fueron creados a partir de una mezcla de tierra y fuego. En la novela, y para sorpresa de muchos (donde yo me incluyo) Frankenstein no es el monstruo, sino el creador. Mi intención desde luego no es desvelar nada en relación a la novela, a menos nada de gran relevancia.
Aprovecho ahora el tiempo libre que tengo para hacer una breve recopilación de un tema que estoy estudiando actualmente, que es la pintura impresionista. En internet hay gran cantidad de información sobre este tema, por tanto yo me abstengo de dar datos innecesarios, limitándome únicamente a hacer una recopilación de las pinturas que más me han gustado y dar mi humilde opinión en cuanto a este movimiento. A lo largo de la historia la pintura ha significado uno de los medios más importantes de expresión, sobre todo hasta que no hizo su aparición la fotografía. Dando una opinión subjetiva, y como digo, carente de solidez profesional, debo decir que el Impresionismo es una de las formas artísticas que más me ha impactado, que más ha conseguido impresionarme. Los colores, las formas, y por supuesto las emociones hacen que sea una pintura única, sugerente, y dentro de su irrealidad, parecer realmente convincente.
Y bueno, entre otras muchas. Para ver la biografía y obras de los autores hay que pinchar sobre sus nombres, y aquí dejo informaicón del Impresionismo: http://es.wikipedia.org/wiki/Impresionismo
Sí, ya llevo unas cuantas semanas sin escribir en el blog, por razones debidas más que nada a la falta de tiempo. Sin embargo, afortunadamente siempre consigo alguna fuente de inspiración que me obliga casi que desesperadamente a encender el ordenador y ponerme a escribir.
En este caso, creo que el título es bastante elocuente. Cómo no, Elvis Presley es un grandioso ejemplo que no solo despierta la inspiración, sino muchos otros tipos de sentimientos. La vida de este portentoso cantante no es muy diferente, en realidad nada diferente, a la historia propia de los mitos: gran éxito mundial, locura y estimación por millones de personas, belleza, talento y un sinfín de cualidades que despertaron y siguen despertando las más fuertes pasiones humanas. Pero también, como todo mito, su carrera descendió en picado en un momento dado, y hasta entonces nada pudo hacerlos resurgir. Alcohol, drogas, problemas personales y psicológicos... Los últimos años de su existencia suelen ser un período avergonzante que se prefiere mencionar más bien poco. A pesar de esto, el día de su muerte causa una conmoción total; y por causa de un fenómeno repentino y difícil de explicar, su imagen se convierte en un producto revalorizado que vuelve a encauzarse en la admiración general.
Por su parte, es bien sabido que Elvis representa el amor y el romanticismo de la décadas de los 50, 60 y parte de los 70. Cine, música, televisión, el polifacético artista fue el ídolo de numerosas generaciones. Y soprendentemente, todavía hoy parece estar presente aquí, en el mundo real, pues su figura es fácil de encontrar, incluso de adquirir, mediante cualquier tipo de producto, bien sean cuadros, fotos, vinilos, etc.
Hoy he querido traducir Suspicious mind, que se encuentra entre mis favoritas, y posiblemente entre las de muchos otros seguidores. La elijo porque, cada vez que por el reproductor se escapa la seductora, tierna y sutil voz de este hombre, me transporto hacia otra época y otro lugar, embargada por los sentimientos de amor, pena, tristeza o sensualidad que parece susurrarme al oído el inmortal cantante.
Como creo haber mencionado alguna vez, soy una apasionada del arte. Pero no en el sentido estricto de la palabra: no conozco al dedillo todas las épocas y pintores o artistas del mundo, movimientos culturales, etc. Me quedo con lo que voy aprendiendo en libros, webs, revistas o vivencias personales. Una aficionada, tal vez. En la actualidad existe un tipo de expresión peculiar, que muchos no consideran arte, sino que las tiñen con un matiz negativo por considerarlas más bien monstruosidades u obras absurdas. Sin embargo, he tenido algunas experiencias para saber que dichas opiniones son más bien erróneas. Pueden gustarte menos o más, pero siempre se encontrará algo que realmente perezca la pena. En este sentido, el arte actual ofrece un amplio abanico de pinturas, fotografías, diseños e infinidad de formas (esculturas, pinturas, exposiciones) que no dejan indiferente a nadie. Y la mayoría de las obras de arte de este tipo que he tenido oportunidad de conocer, son francamente impresionantes. Una claro argumento en contra del sentir tan extendido de que en el presente nada cultural (ya sea literario, musical o artístico) posee la misma calidad de antaño es la existencia de una gran variedad de artistas contemporáneos cuyas cualidades expresivas son innegables. Y desde mi humilde punto de vista, sus composiciones, ya sean realistas o abstractas, provocan sensaciones indefinibles de belleza, tristeza, impresión, e incluso desagrado, que muchas otras obras no son capaces de transmitir. Pero todo desde una perspectiva tal que te sientes parte de la obra, que te inmiscuyes dentro del mensaje que se envía y crea en tu interior el nacimiento de una idea hasta entonces desconocida.
Hace poco descubrí una interesantísima página web acerca de este tema, y la recomiendo por su original contenido cultural y artístico, en especial las galerías de imágenes (en el apartado Artes Plásticas), para dar crédito de que las maravillas modernas merecen nuestra más fiel admiración, y que ese ahínco del ser humano por comparar lo presente y lo pasado siempre con añoranza cierra el paso hacia el camino de la evolución. También es posible acceder, si se tiene una cuenta, mediante la red social Facebook y disfrutar de la galería fotográfica.
Hoy me gustaría hablar de una de esas desagradables pasiones que sacan lo peor del ser humano.
Por alguna desconocida razón, en la presente sociedad la envidia es un mal de grandísima influencia.
Naturalmente, es un defecto inherente a toda persona; todos hemos sentido en algún momento de nuestra vida este despreciable sentimiento. Sin embargo, las situaciones de alarma se producen no tanto por la experiencia de la envida, sino por la consumación de una mala acción como respuesta. En otras palabras: cuando se siente que un bien ajeno afecta negativamente, cuando se desea algo que posee otra persona pero que no es posible alcanzarlo por cualquiera que sea el motivo y nos invade esa necesidad de destruir, de minar ese bien por no ser nuestro.
Cuando la envida se torna maldad, vaya, debemos tomar esto como un síntoma de gran peligro. Si como única respuesta a lo que les pertenece o les sucede a los demás es el nacimiento de nuestra hostilidad, hay que prepararse para sufrir el consiguiente malestar que surge como consecuencia. Y no solo eso, lo peor ocurrirá cuando ni siquiera un bien que cae en nuestras manos nos llene, puesto que siempre veremos lo ajeno con características mejores. Y la gama de productos "creadores de envidia" es infinita: ropa, dinero, vida social, laboral, amorosa, estudiantil... Todo el éxito cosechado por la otra persona parecerá siempre, en un 99% de los casos, superior o mejor al nuestro. Una perspectiva realmente desoladora.
En muchas ocasiones de la vida (más de las que me gustaría) confieso haber sentido envidia; como ya dije, es una respuesta humana ciertamente normal. Sin embargo, y lejos de querer vanagloriarme, jamás he actuado en contra de nadie por culpa de este tipo de emociones. Es un sentimiento real, conocido, pero bajo ningún concepto me he dejado llevar por él. Al contrario de lo que he recibido de otras personas, incluso amigos, por desgracia.
Tampoco pretendo darme importancia al afirmar que he sido víctima de la envidia y he sufrido sus consecuencias, puesto que es una situación que a todo el mundo le ha pasado alguna vez. Y lo cierto es que, una vez que mi rabia se esfuma, lo único que siento por el individuo envidioso y atacante en cuestión es una profunda sensación de pena y tristeza. No me puedo imaginar el caos interior que se experimenta; una existencia en la que no se alcanza nunca el bienestar.
Este escrito puede llamarse en cierta forma una denuncia, sí, tal vez. Pero mi intención no es hacer cambiar a nadie ni mostrar valores morales, simplemente me sirvo de esto para explicar mi punto de vista, y para realizar una crítica social de los peores aspectos que conforman el género Humano. Aunque sí es verdad que muchas veces no seamos merecedores de tal clasificación.
Chance estaba desconcertado. Reflexionó y tuvo ante sí la imagen empañada de Chauncey Gardiner recortada en un charco de agua de lluvia estancada. Su propia imagen también había desaparecido.
Atravesó el vestíbulo. Por una de las ventanas abiertas entraba el aire helado. Chance empujó la pesada puerta de vidrio y salió al jardín: tensas ramas plenas de nuevos vástagos, gráciles tallos cargados de pequeños retoños se elevaban al cielo. El jardín estaba en calma, sumido aún en el reposo. El viento arrastró unas ligeras nubecillas y la luna brilló en todo su esplendor. De tanto en tanto, se oía el susurro de las ramas que, sacudidas ligeramente, dejaban caer pequeñas gotas de agua. Un soplo de brisa descendió sobre el follaje y buscó un abrigo entre sus húmedas hojas. Ni un solo pensamiento turbó la mente de Chance. La paz reinaba en su corazón.
