
Las personas, por norma general, tenemos todas una mala costumbre: juzgamos por las apariencias. Además, cuando conocemos a alguien, aunque solo sea intercambiando un par de palabras, en seguida
sacamos conclusiones y ponemos etiquetas. "Me cae bien/mal", "es buena persona", "se ve muy inteligente" y otras tantas valoraciones que creemos suficientes para conocer a alguien. Pero ¿y si esa persona que creemos tan agradable, ese vecino o ese compañero que nos sonríe y nos da los buenos días resulta ser un
ser despreciable y mezquino hasta límites insospechados?
César es el conserje de un edificio; parece educado, amable y servicial, pero bajo esa apariencia de hombre bueno y comprometido con su trabajo, se esconde la identidad del odio. Como él mismo afirma, César se ve incapacitado para ser feliz... por lo que su único consuelo es hacer infelices a los que le rodean.
Mientras duermes es una película catalana estrenada en 2011; posiblemente no el taquillazo de aquel año, pero, en mi opinión, una historia que merece la pena conocer. Es retorcida y maquiavélica como lo es el papel que protagoniza Luis Tosar (actorazo) y te mantiene en tensión durante buena parte de la trama. No quiero desvelar grandes secretos de la misma, pero debo decir que mientras la veía me transmitía un mal rollito importante, y cuando la terminé, me aseguré de mirar bajo mi cama, por si las moscas.
Creo que las opiniones con respecto a este filme son más bien variadas; yo por mi parte repito que me convenció, así que si me preguntáis, os animaría sin ninguna duda.