Oda a la escritura
Me encanta escribir, y me siento una hipócrita al escribirlo. Una hipócrita porque nunca tengo el valor suficiente para sentarme y estar al menos una tarde entera en ello, o el tiempo suficiente para escribir algo con lo que me sienta satisfecha. Siempre lo pospongo; una idea que me viene a la cabeza la dejo para más tarde: <<ahora no, mejor después>>, y al final, nada.
Escribo, alguna vez me obligo a ello. No es que me obligue a escribir, sino que me obligo a vencer el miedo, a dejar atrás la cobardía y escribir, salga lo que salga. Es cierto que muchas veces no consigo gran cosa, ¿pero qué narices importa? El caso están en intentarlo. En intentarlo, y en sentirme feliz por haberlo hecho. Porque sí, escribir me hace feliz, ya sea una línea, dos, tres o veinte. Es como una parte de mí, algo que ocupa un lugar necesario en mi vida.
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