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abril 26, 2014

Película vs Libro: El lector


Hacía ya bastante tiempo que no dedicaba una reseña a comparar un libro con su versión cinematográfica. Así que hoy me dispongo a retomar esta "sección" con El lector, una de esas recomendaciones que te hacen con frecuencia y que te alegras de haber tomado en cuenta. 

El lector es un libro escrito por Bernhard Schlink, un escritor alemán. Y como consecuencia de su nacionalidad, Schlink nos transporta a un mundo en el que el nazismo ha dejado huella. Bien, alto, que nadie se asuste. Esta NO es otra de esas repetidas historias sobre la Guerra Mundial y el Holocausto. De hecho, el libro nos habla de una realidad que, en mi opinión, se ha dejado un poco de lado en la literatura y en el cine. Porque sabemos mucho de lo que ocurrió durante este período, pero ¿qué pasó después? ¿Qué fue de las generaciones posteriores de alemanes que tuvieron que cargar con la vergüenza y la culpa de su propio pueblo?

abril 23, 2014

Consumismo literario

Ya es 23 de abril, también conocido como Día del libro. Hoy se llenan todas las librerías como si de las rebajas se tratase, con ofertas que vuelan, títulos viejos, nuevos o seminuevos, ediciones de lujo irresistibles para los más exigentes y precios de bolsillo para los más indecisos, entre otras cosas.
Y yo, presa de este consumismo literario, también decidí aventurarme en las librerías y gastar parte de mis escasos ahorros en alguna nueva adquisición. Pero, como bien dice ese sabio e indiscutible refrán, sarna con gusto no pica ;).
¡Feliz día del libro!



Me hice con una edición de segunda mano de Rebeca (la cual llevaba buscando algún tiempo), novela que  por cierto ya he leído; Mujercitas, otro de mis pendientes en una bonita edición de tamaño grande y tapas duras, y un poemario de Follas novas, cortesía de la librería por ser este un día especial.

abril 15, 2014

Rojo y negro (1830)

Si ya de por sí soy una lectora bastante lenta, últimamente estoy llegando a extremos insospechados. Por algún motivo que francamente no me molesto en descubrir, estas semanas he estado, digamos, un poco ajena a la lectura. Y en vista de que además soy un tanto masoquista, pues me lancé a leer Rojo y negro, del escritor francés Stendhal, y así tardé casi un mes en terminarlo. 

En general diría que ha merecido la pena, es un buen libro, una de esas novelas que te acercan un poquito más al contexto histórico de la época en que se basa. Pero también he de confesar que la tardanza no solo se debió a esta vangancia lectora que estoy padeciendo, sino a que Rojo y negro se hace de rogar, ya que la prosa del autor es pausada, descriptiva, insistente.

abril 11, 2014

Y al final... ¡todos mueren!

Los finales son un auténtico quebradero de cabeza, no solo para un escritor, sino también para los propios lectores. En general, cuando algo acaba no siempre solemos estar contentos con el resultado. Y muchas veces, esto nos ocurre con muchos libros y películas. Bueno... no a todos.

El caso es que hace unos días, hablando con un compañero, me comentó lo enfadadísimo que estaba con cierta autora por el final que le había dado a cierta novela suya. No daré ningún nombre, pero a la pobre la puso verde, pero verde, como si de algo personal se tratase. Para él, el libro sería perfecto si no hubiese terminado de esa forma tan (palabras textuales) horrenda, insultante y aborrecible. Y es que al final la escritora decidió matar a la carismática heroína de su novela, y eso al parecer es sencillamente inadmisible.




El caso es que no es la primera vez que veo producirse en los lectores una histeria general y casi descontrolada cuando los protagonistas mueren o bien no acaban juntos, casándose, teniendo hijos y comiendo perdices. Es como si estos personajes, por el simple hecho de pertenecer a una historia con la que nos encontramos a gusto o con la que nos identifiquemos, estuviesen exentos de morir o de ser infelices. 

abril 06, 2014

Mrs. Caldwell habla con su hijo

El que en su momento fue Premio Nobel de Literatura es conocido principalmente por novelas como La colmena y La familia de Pascual Duarte. 
Aunque solo me leí esta última del José Cela, uno de los autores referentes de nuestra literatura, voy a hacer una afirmación casi tajante: creo que, ante todo, este escritor se caracteriza por su atrevimiento, no solo por sus a veces polémicas declaraciones, sino también por lo que caracteriza su obra. Si ya en La familia de Pascual Duarte se nota a leguas este "descaro", en esta novela es también evidente, aunque con algunas diferencias.


Mrs. Caldwell habla con su hijo, además de ser una novela no tan conocida como las otras, nos habla de una historia mitad real y mitad ficticia. En ella, Mrs. Caldwell encarna la figura de la mujer destrozada por la pérdida de su hijo mediante un monólogo en segunda persona en el que iremos haciendo un recorrido por sus pensamientos, recuerdos, deseos y añoranzas, muchos de ellos perturbadores.
Si dije que Cela era atrevido también en su escritura, es porque en esta obra encontramos una relación madre-hijo que raya en lo enfermizo, en lo obsesivo. No estamos solamente ante un sentimiento de tristeza y desolación, sino ante la extraña incertidumbre de que detrás de este amor maternal tal vez se esconde algo más.