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octubre 14, 2014

Qué fue de Sophie Wilder

Todos tenemos a ese antiguo amigo de la infancia o la juventud con el que, por razones ajenas, por el ir y venir de la vida y el paso inexpugnable del tiempo, hemos perdido el contacto. Y así, un día de muchos años después, acompañados por una copa de vino y una antigua fotografía, nos preguntamos henchidos de nostalgia: ¿qué fue de ella/él?

Qué fue de Sophie Wilder nos habla precisamente de esa amiga, de ese primer gran amor, de esa incertidumbre que nos hace preguntarnos por aquellos que alguna vez estuvieron a nuestro lado, formando parte de nuestro destino, y que hoy vuelven ya no solo como un recuerdo, sino como una nueva oportunidad.




octubre 07, 2014

El gran dictador. Cuando risa y guerra van unidas

No importa que hayan pasado más de 70 años. No importa que la guerra haya sido retratada en cientos, tal vez miles de libros y películas. No importa tampoco que el cine haya evolucionado y mejorado, que se haya modernizado de forma simultánea y armoniosa con el ser humano.
No importa lo que diga la historia ni la evolución. No importa nada, podrán pasar otras 7 décadas con sus días y sus noches que El gran dictador seguirá siendo una genialidad.




Yo ya sabía, como cualquier persona, que Charles Chaplin era un genio. Pero mi ignorancia todavía no me permitía descubrir que este hombre no solo era un crack en el cine mudo, sino que con esta película demostró con creces su capacidad para impresionar también con la palabra.

octubre 04, 2014

Eugenie Grandet

En la ruleta de la suerte le ha tocado nuevamente el premio a la literatura francesa, pero esta vez ha salido ganador Honoré de Balzac, otro de los autores clásicos de los que había leído poco, por no decir nada.

Eugénie Grandet (1833) es uno de esos clásicos que llevan como título el nombre de la protagonista/ heroína. Pero como primera discordancia (hoy tengo ganas de ir directa al grano), voy a desvelar un secreto, un hecho más bien, de esta novela. Eugénie, si bien cumple un papel fundamental dentro de esta historia, no es exactamente el personaje principal, sino que la mayor parte de la trama está centrada en su padre, El señor Grandet.

Balzac quiere transmitirnos un claro mensaje con esta historia: qué mala es la avaricia, y qué bajo nos puede hacer caer. Para ello, se vale de un personajillo despreciable, de un hombre que vive como pobre cuando es una de las figuras más poderosas de su provincia, y que tiene un control absoluto, una vigilancia enfermiza sobre cada una de sus pertenencias y ganancias, y por añadido, sobre las de su mujer y su hija, a quienes tiene sometidas a su régimen.


Así, el Señor Grandet consiguió gustarme como personaje, por ser tan terriblemente real. Es la personificación perfecta del avaro, de ese ser miserable con los demás y consigo mismo, que solo busca ganar y ganar con la absurda idea de no disfrutar de su dinero (puaaaaj).

Por su parte, y aunque no toda la obra gire en torno a ella, Eugénie se nos muestra en cierta forma como la antítesis a su padre: ingenua, generosa y enamoradiza; quien da todo por un amor que en realidad no vale ni significa nada, pero que consigue escapar aún así de los valores tan miserables en que ha sido criada.

En resumen, esta es una novelita corta, y a pesar de ser muy a la francesa (que no se me entienda mal; con esto quiero decir que a veces la literatura francesa clásica es un poco más lenta, un pelín más sobria), no se hace pesada. En sí el mensaje es muy bueno y válido, muuuy válido, también para nuestros días.

Porque, ¿quién no conoce a un avaro como el señor Grandet?

octubre 01, 2014

Nadie es más que nadie


No, este no es el título de un libro que voy a reseñar, sino el título de una entrada personal, una de esas reflexiones escritas que pocas veces me tomo la molestia de hacer porque, como siempre, no considero que sea de interés para nadie.

Pero hoy tengo uno de esos días de pie izquierdo, uno de esos momentos en los que la vida se parece a un interrogante inmenso y aterrador.
Tranquilos, que esta no es una nota de pesimismo suicida. No esta vez.

Sencillamente esto es una especie de llamado, de grito de rebelión contra... contra uno mismo y contra los demás.

¿No os ha pasado que de repente os dais cuenta de que lleváis mucho tiempo siendo vuestro peor enemigo?

Yo, por ejemplo, ya me cansé. Llevo muuucho tiempo en guerra conmigo misma, sintiéndome disconforme, menospreciándome. ¿Hay acaso algo más estúpido que no auto-quererse? Quererse y respetarse a ti (mismo), a lo que eres, es algo tan obvio, tan esencial, tan necesario, y al mismo tiempo tan difícil de conseguir (dependiendo).

Pero yo ya tiré esa toalla. Me di cuenta, tarde, pero al menos antes que nunca, de que uno no se puede pasar la vida esperando. Esperando a que las cosas mejoren solas. Esperando a que vengan a por ti. Esperando a que sean los demás los que se den cuenta de tus capacidades. No.

¿Qué es eso de buscar la felicidad? La felicidad la hace uno, la fabrica uno, día a día. La felicidad no viene sola, pura, homogénea, a la felicidad hay que extraerla de su mineral, hay que atraerla hacia uno, hay que prestarle más mimo y atención que a la tristeza.

Y no solo hay que ser amigo de nuestros amigos. Antes tenemos que ser nuestros propios cómplices y amos, nuestra propia mano amiga, como diría Audrey Hepburn. 
Así que ayúdate, quiérete (curioso: esta palabra no me la aceptar el corrector), protégete. No eres más, no eres menos que nadie. Eres tú. 


"Recuerda: si necesitas una mano amiga,
encontrarás una al final de tu brazo".