Caitlin Moran y el IVA del coño


Por culpa de Moran me han pasado dos cosas: 1) me he gastado medio paquete de Post-it para señalar las constantes frases memorables y 2) me ha dado una venada loca por retomar este abandonadísimo blog. Leyendo esta reseña y algunas de sus citas célebres, entenderás por qué. 
Y es que es inevitable no soltar alguna que otra carcajada con las ocurrencias de Moran en su libro Cómo ser mujer, como cuando se aventuró a escribir este párrafo sobre su opinión (totalmente compartida) de la depilación
No puedo creer que hayamos llegado a un punto en el que nos cuesta dinero tener un coño. Nos están obligando a pagar por el cuidado y mantenimiento de nuestra entrepierna como si se tratara de un jardín de la comunidad. Es un impuesto oculto. El IVA del coño. Es un dinero que deberíamos gastarnos en la factura de la electricidad [...]. En vez de eso, lo estamos gastando en hacer que nuestros chihuahuas parezcan una repulsiva pechuga de pollo del Lidl.



Es por ello estoy aquí. Para escribir como feminista exaltada las razones que me llevaron a adorar las percepciones directas y realistas con las que Moran habla de los temas que ya son una constante en los debates de género, pero desde una perspectiva de humor y sarcasmo que demuestra que las feministas también pueden ser tías la hostia de graciosas. 


El problema no es el porno, es la industria pornográfica
El sexo no entiende de machismo, feminismo, etnia, religión o preferencia sexual. Es una actividad tan imparcial como antigua que debería verse de una vez por todas como una parte natural y esencial para la mayoría de las personas. Y poder disfrutar de imágenes y/o vídeos sobre el tema debería ser, en teoría, muy beneficioso para nuestro aprendizaje, nuestra curiosidad y nuestro conocimiento de nosotros mismos y de los demás.

En relación a esto, Caitlin no se opone a la pornografía. A ella, como a mí, lo que le rechina es la frialdad y el surrealismo de la industria. El hecho de ver a dos o más personas follando, y querer obtener placer en el ínterin, no debería suponer un problema. El tema es que lo que entendemos por porno está muy alejado de ser algo placentero para aquellos que lo protagonizan (y para algunos que lo visualizan) y sobre todo, está muy por debajo de ser algo real



La industria pornográfica se ha encargado de fabricar un negocio de colosales penes y vaginas rasuradas, de orgasmos infinitos, de compra-venta de cuerpos que es responsable de esta deshumanización. Y estoy completamente de acuerdo con la autora cuando afirma que eso que vemos en el porno no es gente que folla, sino gente que tiene que follar, por obligación. Moran reclama que quiere ver a gente que se lo esté pasando bien, que de verdad estén disfrutando de todo eso a lo que llamamos "sexo."

En mi opinión, tenemos que empezar por hacer de la sexualidad algo natural, y a partir de ahí, explotarla de otra forma que no sea través de una filmación plástica, falsa y centrada mayoritariamente en en punto de vista masculino. En este sentido, la sexualidad y el placer femenino aún tienen mucho camino que recorrer. Pero, para empezar, se debe comenzar a entender el sexo como lo que es y de cómo funciona y sacar nuevas ideas, fantasías, proyectos si queréis. El día que de verdad aprendamos a sacar el máximo partido a nuestros orgasmos, lo vamos a flipar.


Clubs de striptease
Moran tuvo experiencia suficiente en un club de striptease como para asegurar que son sitios decadentes donde -y sí, no pongas los ojos en blanco- se perpetúa la vejación a las mujeres
No importa los argumentos que se intenten utilizar, a mí personalmente me parecen antros no solo humillantes para una quien que menea el culo y el coño en la cara de sus espectadores, sino también para sus usuarios. Qué quieres que te diga, la imagen de un hombre solitario o acompañado bebiendo whisky y babeando por una tía medio desnuda mientras experimenta una erección me sugiere que ese tío en cuestión es, dicho claramente, una especie de perdedor. Puedes aspirar a mucho más en tu vida, hombre de dios.





El problema, como dice nuestra Moran, es que los clubs de striptease son "versiones light de la historia completa de la misoginia". Detrás hay una lista de intereses económicos y sexuales que lo hacen un tipo de negocio en el que se denigra de una forma muy sutil. Así, como quien no quiere la cosa. 

Como afirma Moran con negra socarronería, la vejación sería la misma si una empresa solo contratara a limpiadores negros y que además los vistiese como en una plantación. Es absurdo pensar que, si en este último caso la gente pondría el grito en el cielo con total seguridad, todavía la existencia de los clubs de striptease no reciban la misma reacción.

En contrapartida, Moran propone que, si lo que te interesa de verdad es un buen espectáculo erótico, donde brille la carne descubierta, los pezones al aire y la sensualidad en su máximo esplendor, el cabaret es una opción más sofisticada y original donde nadie es utilizado como mero objeto sexual y donde la sexualidad adquiere un significado mucho más amplio y divertido para quien lo vea. 

Por mi parte, nunca he ido a uno, pero encuentro este razonamiento muy convincente, y francamente, se me ha despertado el gusanillo

Mujer: ni soltera ni sin hijos
Otro eterno debate en nuestra sociedad. Mientras Jennifer Anniston es continuamente bombardeada por los medios por preguntas del tipo "¿Está Jennifer embarazada?", "¿Cuándo tendrá hijos?", "¿Sigue soltera?" o "¿La aguantará lo suficiente su actual marido como para formar una familia?", vemos que Leo Dicaprio cumple años tranquilo al lado de mujeres con las que mantiene relaciones más bien efímeras sin ser víctima de ese ridículo interés esquizofrénico  de los medios por su paternidad.


Concuerdo una vez más con Moran con su idea de que es como si una mujer estuviese incompleta sin pareja o sin hijos. Todavía hace falta mucha concienciación para entender que por ser mujer no tienes ninguna obligación de ser madre, de casarte y de vivir siempre al lado de un hombre que te hace "inmensamente feliz."

No quiero que el día de mañana, si logro labrarme una carrera a base de sudor y esfuerzo, de ser una mujer exitosa y haber luchado por la igualdad de derechos la gente me mire con pena pensado "¡Pobre fracasada!" por la estúpida determinación de no querer traer retoños a este jodido mundo.


El aborto sigue siendo un tabú
Los colectivos religiosos y, dicho sea de paso, la hipocresía de una sociedad a la que se la pela el hambre en el mundo, las guerras, y las constantes atrocidades que se cometen a diario, pero que se lleva las manos a la cabeza cuando se menciona la palabra aborto, siguen usando el absurdo argumento de que "hay que valorar la vida."
¿Pero a quién quieren engañar?


La idea de esto es básicamente legalizar una práctica que lleva años haciéndose de forma ilegal en muchos países. Sí, el aborto se practica a mujeres de todas las etnias, culturas y religiones que por diversos motivos no desean sacar adelante ese embarazo. Es un gran secreto a voces que muchos fingen no escuchar. 

El discurso pro-vida responde a fórmulas demagogas y retrógradas. Se trata, por tanto, de poner a disposición de las mujeres -que son las que se quedan embarazadas- el derecho a recibir un tratamiento con toda la garantía y la seguridad, la información necesaria y la posibilidad de poder hacer algo tan simple como ELEGIR de lo que va a depender su felicidad y la de otra posible persona.



Para terminar, te tengo que pedir perdón por el pequeño spoiler que sigue: en Cómo ser mujer Moran no te enseña a ser mujer. Vas a encontrarte de todo, menos con una guía a seguir de cómo debes comportarte si tienes una vagina entre las piernas. 
En cambio, vas a descubrir afirmaciones, anécdotas y párrafos que te harán darte cuenta de muchas cosas, que te refirmarán en muchas otras que ya sabes o sospechabas; algunos con los que estarás en desacuerdo y otros que harán que te eches unas risas pensando "¡Qué grande es esta tía!

No es solo por los temas que trata, que son muchos y variados, y que posiblemente ya conozcas por las polémicas que provocan. Lo que hace Caitlin es mostrarlos desde un ángulo más creativo, más asertivo y sobre todo, irónico, y no por ello con un trasfondo menos serio y realista. Es, en definitiva, un soplo de aire fresco para el feminismo de nuestro siglo





CONVERSATION

15 comentarios:

  1. Me encanta. Mira que hace tiempo que tengo anotado este libro. Pero tu entrada me ha provocado una especie de urgencia. Por los temas, por lo subrayable, pero sobre todo por el humor.

    Un abrazo

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  2. Pasé hace ya bastantes años por el blog; veo que tras de un "parón", después del 2015, Sofía apareció absolutamente transformada, de ser una chica que sencillamente disfrutaba de la literatura y sacaba sus conclusiones –no muy sesudas, pero al menos con ese cierto entusiasmo fresco, sin ideologías de por medio–, lo que retorna es una alineada hasta las trancas de neomarxismo. Sé que no vas a asumir la etiqueta "alineada", porque está claro que, precisamente, te crees lo contrario: una activista, una revolucionaria, y tal. Qué pena de gente. Especialmente las mujeres, cómo os han engañado y os engañan. Eres una pardilla Sofía (y lo sabes, en el fondo lo sabes). Sirves a los intereses del sistema de forma activa, eres el polo opuesto a la disidencia. Por desgracia la literatura, como en tantos otros casos, no te ha salvado. Supongo que hay que leer también filosofía e historia, porque si no pasa lo que pasa. En fin, no nos quedemos en el ad hominem, voy a comentar un poco de pasada.

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    1. Terminas diciendo que la autora no te explica cómo ser mujer. Esto no es un "spoiler" como comentas, pues es sencillamente imposible que el feminismo sepa, para empezar, lo que es una mujer. Para el feminismo todo es cultural, y la realidad biológica queda totalmente relegada. El término "mujer" es un término hostil ideológicamente hablando, pues es un término que responde meramente a un constructo heteropatriarcal, que ha de ser abolido. ¿Cómo? Por lo general (y muy reveladoramente), en la práctica no se hace más que "masculinizar" a la mujer –y "afeminar" al hombre, todo sea dicho–, despojándola de toda realidad biológica instrínseca e instándola a hacer exactamente lo contrario a lo que hacía tradicionalmente (como si hacer lo contrario fuera por definición algo bueno o inteligente). “No se nace mujer: se llega a serlo”, diría Simone de Beauvoir. De esta frase parte todo el feminismo actual y hegemónico. El problema, Sofía, es que Simone de Beauvoir no era más que una filósofa existencialista (y maoísta, por cierto), y su afirmación es absolutamente anticientífica. Sí se nace mujer, y a nivel biológico, fisiológico, neurocientíco, entre otras disciplinas, la mujer es distinta al hombre por naturaleza. Es decir, no todo es patriarcado y opresión cultural, sino que la mujer es mujer desde que nace, con diferencias fundamentales respecto al hombre que variará su forma de ver las cosas respecto a éste, por cuestiones, repito, meramente biológicas, probadas por la ciencia (lo que no quita que exista separadamente condicionamiento social y cultural, pero no sólo se reduce a eso).

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    2. Así, no es de extrañar que Monique Wittig, terminara concluyendo que, en efecto, "La mujer no existe". O Judith Butler, que daría el siguiente paso al afirmar que "La diferencia entre sexo y género no existe como tal", poniendo bajo sospecha a los propios científicos (claro, porque implícitamente desmontan su ideología de género). ¿Has leído a Sulamith Firestone, otra de las máximas exponentes del feminismo? Decía que, cuando la utopía feminista cumpliese todos sus objetivos, "las relaciones entre personas de edades muy dispares se convertirían en algo común: el concepto de infancia ha sido abolido, los niños tienen plenos derechos legales, sexuales y económicos. (...) Las relaciones con niños incluirían tanto sexo genital como el niño sea capaz de recibir (...) porque el sexo genital ya no sería el foco central de la relación, pues la falta de orgasmo no presentaría un problema grave. El tabú de las relaciones adulto/niño y homosexuales desaparecerían". Claro, cómo no van a decir cosas como esas (también blanqueó Simone la pederastia en un artículo de Le Monde), si todo es cultural, todo es "autopercepción". Hay gente que, aunque tenga 50 años, se autopercibe con 10 (hay casos reales). ¿Hay que respetar que tenga relaciones con niños pequeños? Según ideólogas de la máxima categoría del feminismo, es obvio que sí, dado que, nuevamente, las realidades científicas –en este caso la edad– son absolutamente irrelevantes. Lee, Sofía, lee. Pero a las ideólogas (Simone, Wittig, Firestone, Millet, Butler, Preciado...), no a las polemistas que vienen a por las migajas como la autora del libro que comentas en esta entrada. "Toda relación heterosexual es una violación contra la mujer", dirá Dworkin. "Los cuerpos no se reconocen como hombres o mujeres, sino como cuerpos hablantes", nos dice Beatriz Preciado. Por eso cuando me dicen que feminismo es "igualdad de derechos entre hombres y mujeres", es para partirse el culo, pues esa es una definición obsoleta del feminismo liberal (el cual ya cumplió todos sus objetivos en los países occidentales). El feminismo actual odia el término "hombre" y "mujer", no puede haber igualdad entre dos constructos sociales que hay que suprimir. El objetivo del llamado "lenguaje inclusivo" es precisamente ese. Nos dirá Leonor Silvestri: "los códigos de masculinidad son susceptibles de abrirse para que operemos sobre ellos en una serie de gender, hacking perfo-protésico-lexical mediante la utilización de juegos lingüísticos que escapen a las marcas de género, o que al menos las desquicien: proliferar hasta el absurdo las anomalías psicosexuales". Sí, el colectivo LGTB son meras herramientas ideológicas, "tontos útiles", para el feminismo y su ideología de género.

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    3. ¿Por qué tantas feministas consideran cabalmente imposible ser feminista y de derechas (a pesar de que el feminismo previo burgués, liberal y sufragista bien podría considerarse de derechas)? Muy sencillo, porque, como comentaba al principio, esto es puro neomarxismo. Ya lo dijo Engels hace mucho: "En la familia el hombre es el burgues y la mujer el proletariado". El feminismo simplemente recicla esa idea marxista, que lo ve todo de forma imperiosamente dicotómica (sólo divide a la sociedad, y la enfrenta). Así, si antes era burguesía vs proletariado, ahora es mujer vs patriarcado. El juego enfermizo de "oprimido vs opresor" se ha reinventado, de lo material a lo cultural. ¿Por qué? Porque en cuestiones económicas el comunismo mató a tantos millones de personas de represión y hambre –ríete de Hitler– y fracasó de forma tan estrepitosa, que el obrero se "aburguesó", y ya no le interesa ese lenguaje (ya no le engañan). ¿Por qué el feminismo siempre dice que el capitalismo es el enemigo (a pesar de que al mismo tiempo vivan encantadas en él, Amazon, Starbucks, Iphone, y demás; ninguna se va a Cuba y menos aún a Corea del Norte)? Porque el feminismo es el rabioso heredero del marxismo. De hecho, es marxismo, enfocado a lo cultural, como comentaba. Los mismos "revolucionarios" que hasta hace no tanto tenían campos de concentración para homosexuales (investiga sobre el Che Guevara, la URSS, etc), ahora son sus máximos defensores. Los mismos que en la segunda República española votaban en contra del voto femenino (sí, los que votaron a favor fueron los de la derecha, la izquierda tenía miedo de que las mujeres votaran lo mismo que sus maridos, ese es el amor por la libertad que siempre ha tenido la izquierda), ahora claman que gracias a ellas la mujer adquirió derechos. No se puede tener menos vergüenza. O, mejor dicho, no se puede ser más ignorante.

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    4. Se me podrá decir que por qué me vengo tan arriba, que la entrada no se mete a fondo en dichas cuestiones, pero la respuesta es obvia: porque tu entrada está totalmente empapada de dicha ideología, y por lo tanto es importante aclarar de qué se está hablando aquí (y no en base a mi mera opinión, sino en base a lo que las propias ideólogas decían y dicen, textualmente, ojo; te he transcrito textos capitales del feminismo tal cual).
      Por lo demás, no sorprende que en la entrada se hable de los clubs de striptease y de hombres "perdedores" (cuidado con ese lenguaje, es muy capitalista, Sofía), pero ni una palabra de los hombres que desempeñan esos mismos trabajos, despedidas de soltera, y demás (¿será que eso no molesta tanto; liberación sexual femenina y demás, no?), esa velada suspicacia al modelo de mujer casada y con hijos (en el fondo hay una impotencia inconfesa). Una mujer no está incompleta necesariamente sin hijos, y claro que es libre de hacer lo que tú quieres para ti misma: éxito laboral (vaya, nuevamente muy capitalista ese lenguaje); eso no quita que lo más posible es que eso te lleve a quedarte más sola que la una. La vejez es larga, ingrata y frágil, Sofía, pero dudo que te hayas puesto a reflexionar en serio sobre nada que se extienda más allá de tus narices y de tu presente inmediato. Y ese resentimiento que os invade a todas –es increíble, no falla–: "este jodido mundo", dices (habla la privilegiada que vive en la 14ª potencia mundial y a la que, casi con total seguridad, nunca le ha faltado de nada; bueno, quizás atención paterna). Y pensar que nuestras bisabuelas aguantaron con admirable entereza guerras, hambre, hijos, todo –recuerdo la mía, siempre con una sonrisa en su expresión bonachona–, y las mujeres hoy día tengan la piel más fina que el papel de aluminio. Al final, ni tan empoderadas, ¿no?

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    5. Y finalmente el tema de matar bebés en el vientre materno (interrupción voluntaria del embarazo, le llaman, cuando es una terminación, pues lo que se interrumpe se podría reanudar, obviamente no es el caso), que no voy a desarrollarlo como se merece porque se me está alargando mucho, son demasiados temas, pero aún así daré pinceladas importantes. También era legal en la Alemania nazi matar judíos, la legalidad no es un argumento. El que te la pele el hambre en el mundo o las guerras, no legitima el matar niños en el vientre materno, el irse por la tangente para desviar la atención, como que no es muy lógico. El hipócrita también puede tener razón, al menos, en una cosa (en este caso, entendamos, el aborto). Por cierto, ¿tú estás preocupadísima por las guerras en el mundo no? ¿No te vas allí a echar un cable? Por otro lado, mata muchas más mujeres el cáncer de mama, el suicidio o el hambre, que el aborto ilegal, pero no se dedica ni la centésima parte de presupuesto a los problemas más obvios. ¿Por qué? Porque no interesa, lo que interesa es reducir la natalidad por intereses supranacionales y de gobiernos –no hay más que ver las tácticas eugenésicas que introdujeron hace décadas países como USA, de lo cual nadie habla; afectó a cientos de miles de mujeres de países pobres, que os importan entre poco y nada, como entre poco y nada os importan las mujeres en países árabes; ¿no os animáis a desnudaros en mezquitas para protestar?–, y vosotras sólo sois las fieles servidoras de dichos poderes fácticos. Pero lo mejor es que tildas de "absurdo" la frase "hay que valorar la vida", es un absoluto despropósito. Lo que digo, puro resentimiento social y vital (y soberbia, mucha soberbia). Hablas de un discurso provida "demagogo y retrógrado" pero no das un solo argumento al respecto, es decir, caes simultáneamente en la falacia ad hominem y en la falacia del hombre de paja. Hablas de "la posibilidad de poder hacer algo tan simple como ELEGIR de lo que va a depender su felicidad", con ese mismo argumento se legitima a los asesinos en serie, a los cuales les haría muy felices el poder elegir matar, normalmente mujeres. Dime, ¿por qué un límite de 14 semanas para abortar? ¿Si te pasas una hora, o un sólo minuto, de dicha semana, por qué ya no se puede? ¿Ya sería considerado un ser humano, minuto arriba, minuto abajo? ¿Qué opinas? ¿No sería más lógico y consecuente con vuestro pensamiento lo que quería Hillary Clinton: aborto hasta los 9 meses? Y no me meto a hablar de ciencia, porque también establece que existe un ser humano con su propio código genético diferente al de sus progenitores, que sólo cambia estéticamente respecto al ser humano adulto, por las obvias cuestiones de desarrollo (al igual que no tiene el mismo aspecto un bebé que un anciano).

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    6. Y ahora las posibilidades son variadas pero al mismo tiempo redundantes: que si soy un exaltado, que si soy un fascista, que si soy un misógino: ad hominem, falsa asociación, ad verecundiam, hombre de paja y demás (consulta las falacias en wikipedia aunque sea, ya verás que difícilmente vas a poder salir de ahí). Sé que no voy a conseguir absolutamente nada, estás perdida y sectarizada (eso denotan, en efecto, esta y algunas entradas más). Simplemente deseo, por tanto, que leas historia –no sesgada claro, la del sistema educativo o la de los artículos de prensa no suele valer por ejemplo–, filosofía... El mundo no es tan sencillo como el feminismo y tu cabeza quiere que sea: blanco o negro, fascismo o revolución, mujeres o patriarcado, o conmigo o contra mí, ricos o pobres, retrógrado o progresista (también se progresa hacia los precipicios, por cierto, hasta que te caes). En fin, una verdadera pena, Sofía. Sé que te la suda lo que un desconocido piense, pero vamos, te han absorbido el cerebro con pajita y aún así les das las gracias; a poco que investigues te irás dando cuenta.
      Y que conste que estoy a favor de prohibir tanto la prostitución (también masculina, por cierto), y la pornografía. Pero una cosa es defender, en efecto, la dignidad de los seres humanos (que se ve desintegrada tanto desde el lado de la/el profesional como desde el cliente, adictos como se es adicto a la coca), y otra ser un zumbado neomarxista. ¿Te has fijado cómo la izquierda ha pasado de hablar de los "pobres", los obreros, a hablar, desde hace sobre todo unos diez años y repentina, "mágicamente", de las "minorías"? ¿Cómo se pasó de Izquierda Unida a Podemos? ¿Nunca te has preguntado la razón? ¿El por qué en series y películas se es cuidadosamente inclusivo y se pone al personaje africano, al asiático, al árabe, al sudamericano, al homosexual, a la lesbiana, a la que tiene cuerpo no normativo, pero, el que falta, es el pobre? La izquierda ha dejado de ser inclusiva con los pobres, los ha traicionado miserablemente (bueno, también lo hizo –y hace– cuando los mataba de hambre y represión en el comunismo, pero ahora es más descarado, digamos). Bueno, ahí les tienes ahora, con la factura de la luz en récord grotesco, y gastando miles de millones en estudiar cuestiones de la máxima importancia social, como si el rosa oprime. Preguntate el por qué de estas cosas, tira del hilo, déjate sorprender. O no lo hagas, lo que te dé la gana, pero vamos, que no quede quede al menos como que no se te advirtió.

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    7. Releyendo hay algún error por el corrector, sería "alienada" por ejemplo (aunque bueno, alineada a fin de cuentas también).

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    8. Me encanta recibir el calificativo “pardilla” de una persona que no solo publica anónimamente en un blog de internet, sino que además se toma el tiempo y la molestia de escribir una parrafada que, imagino, no puede soltar en ningún otro lado, posiblemente porque a nadie le importe lo que opines. El chiste se cuenta solo.
      Solo decirte que, aunque algunos de tus argumentos pueden ser interesantes de debatir, el hecho de que hayas acudido a la ofensa personal en tantas ocasiones ya no merecería ni que te contestase. Además, sería una conversación completamente estéril porque cada uno tiene su forma de ver las cosas (cada quien, a fin de cuentas, está “alienado” con el pensamiento que más le conviene, irónicamente).
      Solo puedo decirte que, echando un vistazo a la historia -a esa que dices que desconozco e ignoro- siempre ha existido esa reticencia, esa rebeldía producto de la frustración y el miedo al cambio de no saber adaptarse a los nuevos tiempos. Toda esta retahíla tuya, que a ratos se asemeja al pataleo de un niño pequeño, no es nueva, especialmente cuando se trata de feminismo.
      Por supuesto, creo que es necesario poner en entredicho las ideologías, sean del género que sean. Y también, aunque no lo creas, yo misma me reviso y cuestiono, pues ni de lejos estoy siempre de acuerdo con lo establecido y con las opiniones mayoritarias. Y más aún de un artículo que escribí hace tanto tiempo. El problema viene cuando se presentan argumentos con la calidad y el tono de los tuyos, tan llenos de paternalismo, además.
      En cualquier caso, al final, la gente como tú, me dais pena. Porque está demostrado que quien se resiste a adaptarse a las nuevas realidades, no progresa ni encuentra su sitio en la sociedad, como quedó claro que es tu caso.
      Lo dicho, te dedicaría el mismo tiempo a escribir parrafadas como tú a mí, pero clarísimamente no merece la pena.

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    9. El anonimato no tiene nada que ver con los argumentos. Un anónimo te podría decir que 2+2=4 y el resultado sería correcto, no hay una relación entre "pardillo" y anonimato. Además, yo mismo indiqué una falacia ad hominem en mi primer párrafo (adjudicada hacia mí mismo), de ahí que luego procediera a los argumentos, los cuales, aunque señalas que "pueden ser interesantes de debatir", no dedicas una sola línea a argumentar/refutar nada. Curioso –y contradictorio con lo anterior– que una persona que comenta cosas como "no merecería ni que te contestase" o habla de "una conversación completamente estéril", dedique tantas líneas de texto a no decir absolutamente nada. Vamos, como en la propia entrada, que se habla de "demagogia", y tal, pero no se sustenta nada. Por lo demás, hablas con ánimo peyorativo de la cantidad de texto que he vertido sobre el asunto, como si escribir mucho fuera sinónimo de debilidad o algo por el estilo, cuando el caso es que he presentado muchos argumentos y textos en base a un tema que es relevante y que merece por tanto eso, argumentos (y obviamente texto). Entiendo en cualquier caso que dicha actitud sea vista por tu parte como ridícula, dado que para ti misma resulta inimaginable, al parecer y en base a los hechos, la lógica y el argumento (literalmente: no los das). Respecto a la "ofensa personal", está bien que uses el victimismo como excusa para, digamos, "perdonarme la vida", pero redunda en no dar argumentos (céntrate, Sofía, céntrate, no te vayas por la tangente). Respecto a estar "alienado", obviamente yo no lo estoy porque mi sustento es racional y, más concretamente, aristotélico-tomista, que descarta que puedan existir tantas verdades como personas. Lo que pasa es que estás tan embebida de posverdad que entiendo que para ti básicamente todo valga en ese sentido. Recuerda en todo caso que si la verdad en mayúsculas no existe, entonces tampoco sería verdad que la verdad no existe. O, dicho de otra manera: el que afirma que no hay verdades absolutas, ya está postulando, al menos, una verdad absoluta (a saber: que no existen verdades absolutas), lo que le auto-refuta ya de raíz. Todo eso se destila, en efecto, de un comentario que pone a la misma altura tu sinrazón no argumentada con mi postura argumentada, como si yo estuviera "alienado", cuando lo que se presenta mera lógica –y textos de autoras, transcritos– que no se está refutando ni por asomo. La verdad no alinea, la verdad libera. Lo que alinea es, en efecto, la ideología.
      Respecto a la reticencia al cambio, evidentemente se ha de ser reticente al mismo cuando el cambio es absurdo, contraproducente, etcétera. Aseverar que el cambio o el "progreso" –hablaba en mi anterior comentario de que progresar hacia un abismo también es progresar– son buenos per se, es caer en una falacia ad novitatem bastante pueril. Te recomendé echar un ojo a las falacias lógicas, obviamente no lo has hecho porque sería salir de la vorágine; es algo que da repelús al alienado/a: la lógica.

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    10. Indicas que mi "retahíla (...) se asemeja al pataleo de un niño pequeño". Falacia ad hominem que se suma al nutrido contador de Sofía. Seguimos sin dar argumentos.
      Se continúa: "es necesario poner en entredicho las ideologías", lo primero razonable que ha salido de tu teclear, hay un remoto brillo en una galería de penumbras, pero en cualquier caso se sigue sin desarrollar nada, todo son meros asertos. Se me achaca "paternalismo": se sigue sin atacar ningún argumento.
      Al parecer, te doy "pena", otra falacia ad hominem. Y seguidamente se insiste en la falacia ad novitatem: "quien se resiste a adaptarse a nuevas realidades...".
      Y por último comentas que me dedicarías "el mismo tiempo a escribir parrafadas (...), pero clarísimamente no merece la pena". Insisto en lo que comentaba al principio: entonces para qué respondes, si has escrito numerosos párrafos para no decir absolutamente nada. ¿No será que habrá, quizás, algo de proyección psicológica en eso de las "pataletas" que comentabas?
      ¿Qué es más triste, que un desconocido argumente y pierda su tiempo en pro de un objetivo loable –a saber: hacer pensar mediante argumentos y datos contrastables–, o que alguien pierda su tiempo en un objetivo reprochable (es decir: sucesión de asertos falaces, sin contenido; negación al discurso lógico)?
      Siempre igual: mandíbula de cristal, y puño de hierro. Quede al menos constancia. Pero insisto, a modo de consejo: déjate de "pena", "pataleta", "ofensivo", "parrafada", "paternalismo", y céntrate en la lógica, en los argumentos. Lee filosofía. Además, no creas que te pega mucho el puritanismo, a tenor de cómo escribes (puede parecer que sí, de hecho hay obvia presencia de esto en el propio feminismo, pero al mismo tiempo, en el fondo, no te termina de pegar; quizás me equivoque).

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  3. Que sí, señor anónimo, que me ha quedado clarísimo que eres un Übermensch, que tu superioridad intelectual está muy por encima de la mía y que tus profundos conocimientos en filosofía te hacen un maestro del debate y el análisis social.
    Hablando de Nietzsche, imagino que a un experto como a ti no hace falta explicarle por qué este filósofo en concreto viene al caso con este tema. Una figura que sin duda desprendía misoginia en la mayor parte de su teoría pero, oh sorpresa, mostraba más de una contradicción en la práctica (se enamoró de una joven feminista, ironías de la vida) y sin duda múltiples interpretaciones de sus ensayos. Hay quien incluso lo ha estudiado desde una perspectiva feminista -por increíble que parezca a los que opináis que las feministas tenemos una visión única y alienada- afirmando que puede haber otra forma de entender sus premisas.
    ¿Comentamos a qué se refería realmente con lo del látigo, o si hay alguna interpretación alternativa a lo de “llegará el día en que para tratar con una mujer habrá primero que pegarle en la boca”? Uff, de pronto el sentido de esa frase es una reminiscencia de lo que muchos detractores del feminismo claman hoy en día. Como dije antes, la historia ha demostrado que el miedo de algunos al progreso femenino no es nuevo, ni mucho menos.
    Pero no, no comentaremos nada, porque qué sé yo de filosofía :) Quizá no me pusieron mi nombre en vano, después de todo.

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    1. Y dale, ahora con el argumento ad nauseam (con reiterativa ad novitatem al final). He pasado a toda velocidad de "niño" a padre ("paternalista") a, finalmente, transcender ese puente que decía Nietzsche que era el hombre para el superhombre (con esa ironía revoltosilla desprendiéndose, eso sí). ¿Qué glorificantes imágenes erigirá de mí Sofía leyendo estas líneas? ¿Un masón? ¿Un catedrático? ¿Una comadreja, mármol, ensalada a la vinagreta? ¿Está arriba, está abajo? ¿Lúcido, trasnochado, neurótico? De hecho tus dos respuestas están eminentemente centradas hacia mi persona (ad hominem por doquier, como ya comenté), como si la única motivación subyacente fuese desenmascarar al culpable, al "señor anónimo". Pero, como no hay mucho donde rascar, pues se van vertiendo las acusaciones y etiquetas más variopintas (siempre hacia los extremos claro, porque te gusta el blanco o el negro). Pandora vive aún en la ofuscada y orgullosa sangre de Sofía, rasgando desde dentro hacia afuera.
      Pues eso, descentramiento total. Conviene reiterar, no obstante y por obvio que debiera ser –y a modo de último cartucho–, que yo soy absolutamente irrelevante en la cuestión. Mi persona es trivial, sólo los argumentos son dignos de contraste, discernimiento, tirando de las fuentes dadas, verificando la presencia o no de falacias lógicas. Pero no lo vas a hacer, porque la vida es tediosa, tus principios muy "seguros", el cóctel de adoctrinamiento acogedor bajo el vaivén de sus largos y sibilinos tentáculos (no se reconocen, como a veces no se reconoce lo que siempre ha estado allí, inmóvil, camaleónico).
      En fin, comentando lo que refieres de Nietzsche y la misoginia, decir que le leí de adolescente –sobre todo el Zaratustra, pero también otras–, y si bien fue una lectura extremadamente estimulante en su día, hoy por hoy soy el polo opuesto: soy cristiano (en todo caso tendrías que irte a Santo Tomás de Aquino, San Agustín o Santa Teresa; y por supuesto a Cristo). Nietzsche es un adolescente para adolescentes. Un genio, sí, pero un adolescente a fin de cuentas, un laboratorio mental con patas, agudo a la par que reduccionista, inquisidor a la par que librepensador, cazador de supuestos resentidos cuando el primer resentido era él. Sus comentarios hacia las mujeres, si bien reprochables (y ridículos sabiendo de donde vienen: mero despecho hacia Salomé), no dejan de perderse entre una lluvia de flechas dirigiéndose hacia todo bicho viviente. El que sí era más netamente misógino era Schopenhauer, por ejemplo (y otro ateo, para variar). Nietzsche conoció a Dostoievski demasiado al final de su vida, tarde; quizás de otro modo...
      Sí, soy cristiano; un converso. No soy inteligente, no soy tonto. Mi vida es rutinaria, mediocre. La belleza que pudiera albergar con 20, se ha disipado en los 30. Los beligerantes y desproporcionados sueños de antaño han descabalgado en un progresivo alivianamiento, Dios mediante. Me da igual: soy cristiano. ¿A quién le importa? Ni a ti ni a nadie random que se tercie: y así ha de ser. Lo que importan son los argumentos. Pero Sofía quiere que el mundo le abrace y eleve, como si eso fuera a suceder y como, en caso de que así fuese durante unos instantes, tuviera la más remota relevancia. "El mundo, el mundo, el mundo". Búsqueda, rutina, tópicos, amor, desamor, decepción y autodecepción. ¿Dónde está el bienestar? ¿En un hombre, en un libro de autoayuda, en el éxito profesional, en la admiración de los demás, en la diversión, en la revolución, en la pecunia? Se te va a escapar de las manos como un pez en aguas turbias. Y llegará el día, si no ha llegado ya, en que quieras matar al pez. Y podrá llegar el día en que el pez mismo te devore. "Ahórrate el paternalismo, sé vivir mi vida", ¿no? Lo que la materia susurra: el mundo, el mundo, el mundo.
      En fin, que te vaya bien.

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  4. Muy bien, anónimo. Como está claro, esta conversación estaba destinada al fracaso desde el principio. En cualquier caso, solo decirte que espero que esa crítica feroz, ese análisis mordaz y esos principios filosóficos los sepas aplicar igual de bien al cristianismo. Porque "adoctrinamiento", "alienación" y derivados llegaron mucho antes a la religión que al feminismo.
    Pero, claro, con Dios hemos topado.
    Gracias por tu aportación, a pesar de todo.
    Saludos.

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