Felicidad de bolsillo

Estos días recurro a la felicidad en pequeñas dosis. Es una felicidad compacta, que consumo a ratos, cuando la ansiedad no me puede ver.
La felicidad con mayúsculas escasea, junto al papel higiénico, el desinfectante y la harina. Da la impresión de que la hubiésemos usado para las labores que designa cada objeto, incluso. Ahora mismo creo que nadie se puede permitir ese bienestar de lujo, donde el presente y el porvenir nos parecían prometedores y halagüeños, así que estamos todos bebiendo a sorbitos el lado bueno de nuestro confinamiento, que no conviene gastarlo muy rápido.
Es curioso porque siempre he pensado que había algo de mitología romanticona en aquello de los pequeños placeres. Antes de esta situación que estamos viviendo, había una corriente flower power que apostaba por valorar los detalles de la vida. Esos instantes de alegría que debíamos resaltar por encima de todo lo demás. No obstante, me da la sensación de que ahora mis sentidos están realmente dispuestos a saborear lo menudo, lo que antes moría aplastado por el peso de la rutina y la obligación. 
Mientras ahí afuera el cielo amenaza con tormentas, dentro de casa encuentro, a ratos, pequeños oasis de paz. Y no hablo solo de los típicos placeres con minúscula que hoy puedo aprovechar (leer, levantarme más tarde, cocinar, ver series y pelis y demás), sino de una sensación reconfortante e impredecible de tranquilidad relampagueante. 
Como con todo, creo que la felicidad nos está demostrando que es aún más relativa de lo que suponíamos, si cabe. En mi caso, me gusta pensar que ahora acarreo una felicidad de bolsillo, una de esas miniaturas carísimas que prometes cuidar por encima de todo, o como esa vajilla fina que solo utilizas en ocasiones especiales. Así tal cual guardo la mía, solo para los momentos que más la necesite. No vaya a ser.



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12 comentarios:

  1. Hola.
    Yo siempre he intentado aprovechar los pequeños momentos, pero ahora todo es tan raro que no sé muy bien cuales son esos momentos. Una cosa buena que estamos haciendo es bañarnos, en casa somos de duchas, y cuando nos bañamos es casi entrar y salir, así que llenarla con espuma, llevar un libro e infusión...eso es vida.
    Muy feliz día.

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  2. En estas fechas, pese a lo que podamos creer no son momentos ni tan siquiera de pequeñas felicidades, aunque pueda parecerlo, llevamos CONFINADOS 38 días, eso sí, leo, veo pelis, cocino, salgo de higos a peras a hacer las pequeñas compras para más de una semana, me tomo un vinito cuando llega la hora pero esto es algo que ya hacía anteriormente, me falta una cosa muy importante, los abrazos y los besos de mis nietos o las pequeñas discrepancia de pareceres con mis hijas, cada una con un puntos de vista diferente al modo de como ven la vida, luego hay otra cuestión importante que resta felicidad, EL MIEDO, nos han metido mucho miedo, cada uno lo asume de una manera, sabes que cuando salgas a la calle te puedes topar con un bicho que te puede matar y salvo que seas un irresponsable, la cosa no es para tomárselo a chufla, otra cuestión nada baladí, que va a ocurrir con EL EMPLEO, no quiero seguir pensando en ello, la pequeña felicidad con la que me he levantado está mañana la estoy perdiendo.

    UN abrazo.

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  3. Siempre me ha gustado estar en casa y la verdad es que lo estoy llevando de maravilla. Hay un tipo de felicidad que descubro en esta situación en la que todo está en suspenso, nada hay que podamos hacer y, por tanto, nada debe preocuparnos. Es un poco como cuando estás en viaje de vacaciones y nada te preocupa, todo se te olvida hasta que vuelves de nuevo a casa y te caen todas las preocupaciones encima de golpe.
    No obstante, no pierdo la referencia y sé que esta situación que para mí es una pura frivolidad, para mucha gente es terrible porque ha perdido seres queridos, trabajo, etc.
    Un beso.

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  4. Cuesta trabajo encontrar algo de felicidad en estos momentos. Y a ratos, en esos momentos en los que no piensa en todas esas vidas perdidas y en el dolor de sus familiares, la encuentras. Y cuando no piensas en todo lo que queda por superar todo esto. Pues eso, a ratos. Y esos ratos hay que disfrutarlos bien. Esto nos va a llevar a apreciar más todos los pequeños detalles que nos hacían feliz y no nos dábamos cuenta.
    Besotes!!!

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  5. Que seria sin esos momentos,son chispas que avivan los pensamientos, muchos son felices, porque la felicidad está donde queramos buscarla, Un abrazo

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  6. No lo sé por experiencia, vaya esto por delante, pero me da la sensación de que la felicidad, a medida que la usamos, se regenera y se multiplica, sobre todo si tiene que ver, como deduzco en tu texto, de una actitud.

    Un abrazo

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  7. Dicen que la felicidad no es más que una actitud ante lo que nos sucede y lo que nos rodea. Y yo lo creo. Empezamos a acostumnbrarnos a algo que al principio no solo nos sorprendió, es que ni cabía en nuestros esquemas, y una vez pasado el pavor, volvemos a la casilla en que somos capaces de disfrutar, aunque sea a ratos. También puede ser que hayamos rebajado nuestras espectativas por puro sentido práctico o de autoprotección. Yo no lo sé, pero seguro que en el futuro los psicólogos nos lo aclaran :P

    ¡Un beso!

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  8. Tu texto me resultó encantador, claro y sincero.
    ¿Es necesario una pandemia para detenernos y saborear lo que tenemos y lo que somos? Siempre corriendo, solucionando problemas, rodeados (en mi caso) del ruido apabullante de una gran ciudad que distrae de lo esencial. Los pequeños placeres, a veces, son vividos con culpa por esto o por aquello.
    Ahora hay temor, pero en medio de esta circunstancia difícil, también necesitamos gratificarnos, disfrutar con lo que cada uno tiene a mano y, por qué no, con un poco de introspección.
    Un gran abrazo, Sofía.

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  9. A mí siempre me ha gustado estar en casa, y soy introvertido, así que me doy cuenta de que lo llevo mejor que otras personas (a algunos los veo realmente pasarlo fatal). Eso no significa que esté de maravilla, ni mucho menos, y me da vértigo pensar en el futuro... sólo que dentro de lo malo, intento sacar partido a pequeñas cosas.
    Es verdad que hay mucho flower power con lo de las pequeñas cosas, hasta convertirlo en un tópico. Pero eso no significa que no sea cierto, que hay detalles pequeños que dan mucha felicidad. Sólo que esos detalles vienen solos, y hay que saborearlos cuando te vienen, sin forzarlo.
    ¡Un abrazo!

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  10. Una felicidad de bolsillo. buena definición. Un saludo

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  11. Hola, sabes me acabo de topar contigo, no conocía este blog. Me ha gustado mucho lo que escribes.
    Sabes que pensé, "quizás de donde sea esta persona". Pero después me acorde que todos estamos viviendo esta interminable pandemia y que pareciera que no importa en que lugar del mundo nos encontremos, todos tenemos esas mismas emociones y pensamientos fugaces que se han dado día a día en estos encierros.

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  12. La vida siempre es la misma, pienso que lo que cambia es la perspectiva desde donde la miramos, los placeres a los que tenemos acceso son determinantes para que etiquetemos a la vida como justa o injusta, y a nosotros mismos como afortunados o desafortunados, sucede que hay personas como tú que consigue comprender que hay placeres con minúscula (lo que no significa minúsculos placeres) que si nos los pasamos por alto podemos tildar de sombría cierta etapa de nuestras vidas, cuando, en realidad teníamos una paleta de colores que salpicaban esos menospreciados placeres diarios que han cobrado fuerza en esta situación que globalmente estamos viviendo.

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