Necesitaba una lectura ágil, algo así como un entremés literario, porque entre la universidad y las lecturas (bastante extensas) en las que estoy centrada, pues no me queda mucho tiempo para escribir en el blog. Así que, ¿qué mejor que un relato para este tipo de situaciones? 

Al final me decanté por Chéjov, otro de esos autores que siempre relegaba a un tiempo futuro, a un "más adelante". Como dice mi madre, todo en la vida llega, así que esta misma mañana me he leído La señora del perrito, en un suspiro. Pero, sin duda, ha sido un suspiro más que satisfactorio.


En primer lugar, debo decir que el estilo narrativo y temático de Chéjov tiene esa elegancia y moderación de la literatura rusa. Se nos habla de amantes, de seres frustrados que buscan la felicidad, muchas veces a través de otros amantes e infidelidades. No obstante, y a pesar de la melancolía y del cierto dramatismo de estas circunstancias, no es una literatura exaltada, sino que más bien se cuenta todo con tranquilidad, sin narradores demasiado implicados. En este relato, el autor nos presenta a un hombre maduro y casado, Gurov, que cierto día se encuentra por casualidad con Ana Sergeyevna, que por su parte también arrastra un matrimonio en el que no es feliz. Como cabe esperar, comienzan a sentir una atracción mutua, pero con carices. Ana es una mujer joven, inexperta y muy insegura, que afirma sentir gran odio por el pecado y la deshonra; y Gurov, hasta entonces un mujeriego vivaracho, se da cuenta de que sus sentimientos por Ana son mucho más profundos de lo que creía. ¿Podrán estos amantes encontrar un camino a la felicidad?

Sencillez, brevedad, pero con una descripción precisa del amor... o el desamor. Me encantaría leer algún otro de sus relatos, pero mientras el tiempo no esté a mi favor, solo os puedo decir que La señora del perrito es un relato muy bueno, y que os animo a leerlo, como siempre.