Gran película. Muy, muy recomendable. 

Casi nunca me suele ocurrir, pero Shutter island es uno de esos filmes que he visto sin tener ni idea del argumento, y este hecho me ha venido de perlas, puesto que se trata de una cinta donde reinan la intriga, el suspense y el misterio, todo ello adulterado con locura y muerte. Sí, se trata de una historia bastante completa y truculenta. 

El protagonista (interpretado por el maravilloso Leo Dicaprio, para mí uno de los mejores actores de Hollywood) es Teddy Daniels, agente federal, quien junto a su compañero de trabajo, el agente Chuck Aule, llega a la isla de Shutter island para investigar la desaparición de Rachel Solando, una de las internas del psiquiátrico que fue construido ahí para confinar a los enfermos mentales más perturbados, violentos y peligrosos. 

Desde el primer momento, Teddy se da cuenta de que el personal del centro oculta algo en relación con esta desaparición; además, las respuestas que se le dan al agente sobre Rachel son insatisfactorias, lo que aumenta aún más sus sospechas. 

No os desvelaré ningún suceso relevante, pues Shutter island hay que verla sabiendo apenas lo fundamental. Y bien es cierto que desde un primer momento el espectador puede prever qué es lo que ocurre en esta misteriosa isla, pero aún así se mantiene la tensión durante las dos horas de película, que no se hacen pesadas ni lentas por esa constante incertidumbre. 

Tengo que destacar especialmente los escenarios, no refiriéndome a los efectos especiales, sino a la ambientación: una isla en la que siempre llueve, hace viento o hay riesgo de tormenta, bordeada por un mar enfurecido y rocosos acantilados; un antiguo faro y tres edificios, algunos como celdas, reservados para curar a las personas a las que llaman dementes. Sin embargo, ¿quién sabe cuál es la realidad, si esta es tan subjetiva, relativa y sobre todo tan indistinguible de la propia locura?

Os invito fervientemente a verla.