El hobbit


¡Tachán! Increíble, pero cierto: me he animado a leer una obra del célebre Tolkien. En honor a la verdad, sus novelas nunca me habían atraído especialmente por el género al que pertenecen. En otras palabras: la literatura fantástica representa para mí una de esas temáticas que no consigue emocionarme y que procuro evitar porque tengo la sensación de que me resultará aburrida. Reconozco que como lectora tengo prejuicios que no debería tener, pero bueno, poco a poco voy mejorando, y una prueba de ello es la lectura de El hobbit. 



Para mi sorpresa, me gustó bastante más de lo que esperaba. Al comienzo de la novela es cierto que no me hacían mucha gracia ni los personajes ni la trama, pero a medida que la narración se iba desarrollando me iba inmiscuyendo más y más en el particular mundo de Tolkien. Lo que destaco en primer lugar es la grandísima imaginación del autor; es digna de halagos su impresionante capacidad para crear seres y ecosistemas llenos de fantasía, y sobre todo su habilidad para hilar unos hechos con otros de forma fluida. Siempre que metía en un lío a los enanos y al pobre señor Bolsón, conseguía sacarlos del apuro como quien no quiere la cosa, haciendo que estos personajes se saliesen con la suya. 
Por fin conocí además a Gandalf y Gollum, de quienes había oído hablar tantas y tantas veces. Obviamente ya sabía quiénes eran, pero puede contactarlos frente a frente y saber más de sus actitudes y acciones. Son ambos bastante especiales, pero en general me gustó su caracterización.

Pero como no podía ser de otra forma, fue el entrañable Bilbo Bolsón quien se hizo un huequecito en mi corazón. Muchas veces sentía lástima por él, en especial cuando los enanos se metieron sin previo aviso en su apacible agujero-hobbit para hacerlo cómplice de una aventura de la que él apenas sabía nada. Sin embargo, para sorpresa mía y de los enanos, al final demostró una gran valía e incluso una gran inteligencia. En realidad, fue quien salvó el pellejo a sus amigos (que fueron amigos hacia el final, cuando descubrieron cómo era en realidad).
Es verdad que no es una obra de gran madurez y profundidad, pero ése no era ni mucho menos el objetivo del autor. Simplemente nos narra un cuento y hace que sintamos interés por los protagonistas y sus vivencias, además de que nos da a conocer las criaturas que pueblan estos fantásticos lares: trolls, trasgos, elfos, arañas, dragones, magos, etc.

Así que bueno, fue una lectura amena, algo diferente, que de vez en cuando no viene mal. Y sí, la verdad es que ahora me pica la curiosidad en relación a la saga de El señor de los anillos, pero eeeh, poco a poco. Tal vez para el año que viene. Mientras, puedo ir abriendo boca con la versión cinematográfica de El hobbit, la cual se ha estrenado hace poco... y que además está divida en tres partes. En conclusión: me queda Tolkien para rato. 

CONVERSATION

1 comentarios:

  1. Me alegro mucho de que te hayas animado con Tolkien!

    Yo ya había leído hace tiempo los tres tomos de El Señor de los Anillos y quizás me resultaron pesados porque los leí siendo "relativamente pequeña". Sin embargo, este año y gracias a la película y a cierta persona, se me ocurrió leer el libro y me pasó lo mismo que a ti. Nunca digas nunca :)

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