Creo que nunca había hablado de teatro en el blog, pero como dice el refrán: más vale tarde que nunca. Lo cierto es que hacía años que no me pasaba por uno; creo que la última vez fue en alguna de aquellas excursiones que realizaba mi instituto.

Pero, para ser francos, en la ciudad donde vivo no es que haya precisamente una gran oferta (aquí cualquier forofo teatral estaría bastante fastidiado), así que con una mezcla de resignación y olvido, lo fui dejando pasar. El caso es que este verano hice un viaje a Madrid con unas amigas (aprovecho para proclamar mi admiración por la capital) y a una de ellas se le ocurrió la brillante idea de pasar por el teatro Lara y acoplarnos -por acoplar me refiero a pagar la entrada correspondiente como todo buen samaritano- a la obra de la que hoy os hablo.


¿Conocéis la burundanga? ¿Sabéis de que se trata? Y lo más importante, ¿por qué unos guionistas le pondrían ese nombre tan llamativo a una obra?
Pues la burundanga es esa espeluznante substancia conocida vulgarmente como "la droga de la verdad", con la que, básicamente, cantas más que un gallo y hacen de ti una piltrafilla. Así, nos encontramos con que Berta, la protagonista de Burundanga, utiliza la burundanga para sonsacar a su novio, de quien está embarazada... y del que por cierto no se fía demasiado.

Y por muy truculento que parezca el argumento, os aseguro que no hay nada en esta historia que os vaya a traumatiza o asustar, sino todo lo contrario: os reiréis hasta que os duela la mandíbula. Es una comedia sencilla cuyo principal objetivo es la risa del espectador, la diversión y la despreocupación con un humor inocente y unas situaciones disparatadas y hasta surrealistas que te harán pasar un buen rato.

He de decir que el reparto de la fotografía no es el mismo del día que yo fui, pero estoy segura de que, por mucho que cambien los actores, lo seguirán haciendo estupendamente, ya que es una obra que lleva unos 4 años en cartelera. Así que si por casualidad pasáis o vivís por Madrid, vosotros, bienhallados, aprovechad para reíros un ratín con los efectos de la Burundanga.