Oriente y Occidente. Dos eternos contrapuestos, dos bloques enfrentados por culturas y tradiciones completamente diferentes. Peral S. Buck (1892-1973), la autora de esta novela, se encontraba en medio de aquellos dos mundos. Nace en Estados Unidos, pero pronto se traslada a la China con sus padres, donde pasarÃa casi 40 años de su existencia.
Tal vez, aquel tiempo fuese suficiente para empaparla de la idiosincrasia del paÃs. Tal vez, Buck vio la necesidad de escribir esta novela para definirse, para tomar partido de un lado u otro. O simplemente relató esta historia de contrastes para dejar constancia de que a veces no eres ni de aquà ni de allÃ.
Y esto es porque, a pesar de que la protagonista de esta historia es una mujer china, criada en las costumbres más patriarcales y conservadoras de su entorno, manifiesta una clara fascinación por Occidente. Pero, al mismo tiempo, un sobrecogimiento por quien no entiende ni pertenece a una determinada cultura, ni la acepta en muchos sentidos.
Kwei-Lan fue criada para la sumisión, para el amor incondicional a su marido. Le enseñaron que los pies diminutos, la docilidad, la servidumbre al hombre eran signos de una mujer digna. Pero, poco a poco, la protagonista verá cómo su sistema de creencias y ritos sociales se verán derribados por el pensamiento occidental, por las costumbres de su marido, quien hizo sus estudios en los Estados Unidos. Después, la escisión entre la vida que esperaba y la que le toca vivir se hace aún mayor, cuando su hermano se enamora de una mujer americana, rubia y de ojos azules. Tan extraña, tan misteriosa, tan perturbadora por sus gestos y sus hábitos. Tan distinta a sà misma, tan exótica como la consideran a ella en esas tierras lejanas, que es como mirar el propio reflejo en un espejo distorsionado.
Debatiéndose entre las leyes morales dictadas por su familia y el tierno y fiel amor que siente por su esposo y hermano, Kwei-Lan nos va contando las vicisitudes de ese destino, de ese camino en el que unas veces el viento sopla desde el este, y otras desde el oeste.
Puede que la devoción que profesaba a los hombres de su entorno me distanciase bastante de esta mujer, ya que lo distinto me produjo, como a ella, una sensación de extrañamiento. No negaré que las costumbres de esta China antigua y tradicional en la que se ambienta la obra me asombraron para bien y para mal, aunque eso fue precisamente lo que me hizo estar también más cerca de la protagonista. Porque, al final, no dejamos de pertenecer a dos mundos que se miran a la cara con la misma desconfianza y admiración, sin decidirnos sobre cuál de las dos cosas pesa más. Supongo que todo depende del color del cristal a través del que se mire, aquà y allÃ.
¡¡Hola!!
ResponderEliminarChina y Estados Unidos... Un tema bastante interesante, y me parece fantástico que una mujer escriba sobre los contrastes.
La sociedad tradicional china es muy machista, la costumbre de los pies pequeños es sumamente dolorosa e injusta para los mujeres, yo sà habÃa oÃdo hablar de ella, y aún hay ancianas en China que siguen sufriendo. Me parece muy interesante reflejarla, porque es una realidad bastante desconocida.
En fin, me parece un libro muy interesante, y me lo apunto para leerlo cuanto antes. ¡Muy buena reseña! Un abrazo.
Este es el libro preferido de mi madre. Yo me leà casi completa la bibliografÃa de esta mujer, menos, curiosamente, este. NO se por qué, nunca me lancé a leerlo. Quizás se lo pida a mi madre para echarle un vistazo. Me has dejado con la miel en los labios.
ResponderEliminarGracias como siempre por tus entradas. Me gusta tu caja de bombones ;)
Un beso
¡Ay me encanta Pearl S. Buck! ¡Qué recuerdos! Viento del Este, viento del oeste fue una de las primeras novelas que leÃ... y luego todo lo de ella "La buena tierra" "PeonÃa", una creo que titulada "El ángel", no recuerdo bien, en memoria de su padre misionero en China...por ahà tengo todavÃa alguna novela suya. Una escritora atemporal.
ResponderEliminarMira, uno de los libros que me llevarÃa a una isla desierta. En tu reseña anterior no puse nada porque me parece dificil elegir libros (ente los que tengo y me gustan), en detrimentos de otros, de las pocas "cosas" que arrastro en todas mis mudanzas, me resulta imposible tirar un libro.
Buen consejo SofÃa.
Un abrazo de los grandes.
Cada uno ve con sus ojos. Algunos tenemos cristales que permiten entender muchas cosas pero los cristales de otros son bastante opacos. No conocÃa a la autora, y parece que el libro te ha atrapado. Creo que es bueno ver otras realidades, y más cuando existe la comparación entre ambas.
ResponderEliminarUn abrazo SofÃa.
Ni te imaginas los años que hace que leà esta novela. TodavÃa era un adolescente y me impresionó el enorme contraste entre ambas culturas. Estupenda reseña!
ResponderEliminarUna confesión: cuando era muy niña, nueve, diez años, a escondidas leÃa las novelas de mi hermana, mucho mayor que yo. Recuerdo que leà La buena tierra, pero entendà poco y nada y no me quedó ningún recuerdo. Nunca se me dio por investigar un poco en su producción, que debe ser muy buena por haber ganado el Nobel de Literatura y el Pulitzer. Ahora me entró curiosidad.
ResponderEliminarUna reseña excelente sobre estos dos mundos tan distintos.
Besos, SofÃa.
Hola SofÃa. A mà me pasó un poco lo de Mirella. Agarré una novela de Pearl Buck, de la colección de mi padre, cuando era muy chico. Tengo registrada, de ese libro que no sé de verdad cuál es, porque la imagen me impresionó tanto que lo dejé, la de los trenes alimentados por los cadáveres, las locomotoras alimentadas por los cadáveres.
ResponderEliminarTuve hasta sueños con eso.
No volvà a leer nada de ella, confieso. Ahora, creo que ya deberÃa, para domar esa sensación que me dejó aquella vez.
Un abrazo grande.
Lo leà en el instituto y me encantó. Abrazo!
ResponderEliminarEstoy agotada pero me interesa el tema, mañana volveré. Abrazos
ResponderEliminarQue buena reseña.Gracias por mostrar.Saludos Sofia.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarA mi madre le encanta este libro y yo lo leà varias veces de adolescente y me encantaba.
Besos y feliz miércoles.
Hola SofÃa, las historias en primera persona y en aquella época son memorables. Esos tremendos contrastes entre culturas, educación. No he leÃdo el libro por eso tal vez echo de menos más detalles en la reseña pero también creo que es una invitación a leerlo. Un abrazo veraniego
ResponderEliminarYo no la conocÃa siquiera hasta hace un par de meses. Lo he leÃdo hace poco y me ha encantado.
ResponderEliminarBEsos.
No conozco a esta autora en absoluto, pero tras leer la reseña y varios de los comentarios veo que voy a tener que leerla... me gusta mucho el tema que plantea esta novela que nos traes, ese contraste entre lo occidental y lo oriental, asà que tomo nota y a la añado a mi lista de pendientes. Un saludo!
ResponderEliminarBuenÃsima tu reseña, SofÃa. Me has descubierto a una autora que desconocÃa por completo. ¡MuchÃsimas gracias! Contestando a la pregunta de tu entrada anterior, creo que este serÃa un libro perfecto para llevarse a una isla desierta. ¡Un besazo!
ResponderEliminarMe encantó este libro que leà hace tiempo ya, seguramente vuelva a él animada por tu reseña. Sin duda SofÃa una gran recomendación.
ResponderEliminarAbrazos.
Recuerdo haber visto ese libro en las estanterias de mi casa, pero nunca llegue a leerlo, y eso que todo lo que trate de culturas orientales me gusta. Me lo apunto que tiene toda la pinta de ser una lectura para mi.
ResponderEliminarBesos!
Somos espejos culturales totalmente distorsionados y en esa imagen podemos ver tanto su belleza, como el horror por su incomprensión.
ResponderEliminarUna novela que incita a su lectura, porque se trata de abrir un poco más la mente y comprender o tolerar estas diferencias que nos separan.
Un besazo y feliz dÃa.