1) que las dichosas actualizaciones de Windows se completen de una vez. Nunca esos cuatro o cinco puntitos girando incesantemente resultaron tan exasperantes, nunca un cÃrculo habÃa provocado tanto odio.
2) que llegue ese Whatsapp con la respuesta a un flirteo, un guiño, una indirecta, una queja, una nota de un examen. El corazón se vuelve de cemento, duro por los latidos paralizados que esperan con ansias a que la bendita notificación de "un nuevo mensaje" aparezca en la pantalla del smartphone.
3) que te vengan las musas (esta, para los escritores). La existencia es, pues, ese momento que transcurre entre que te surge por fin una idea, te dejas de excusas, pero no de historias, porque eso es lo que vas a escribir; te sientas, la escribes y la publicas.
4) que el verano se quede de una vez. Ya no solo para los que somos del norte, que hasta el 40 de mayo tenemos que andar con el sayo a cuestas, sino para todo el mundo, que al parecer el cambio climático se va notando con frÃo donde siempre hacÃa calor y con despistadas aguas mil pensando que aún es abril.
5) a que llegue el autobús. No hay impaciencia igual a la de quien mira el horizonte de la calle con la esperanza de que ese próximo número sea el que lo lleve por fin a casa. Esperar el bus es especialmente desesperante cuando hace frÃo, o llueve, o llueve y no tienes paraguas, o cuando las tres son correctas.
6) que la cajera del súper abra por fin otra caja. Los instantes previos a ese "Pasen por aquà por orden, por favor" se eternizan, se alargan, se estiran como un chicle y solo se contrarrestan con la adrenalina de llegar antes que el comprador adversario.
7) que suene el timbre del recreo (esta, para los niños, los que fueron niños, y reconozcámoslo, también los que fuimos o somos profes). Bendita la campana que nos salva de la lentitud con la que algunas clases completan una vuelta entera al reloj, al que por cierto rogamos y al que agradecemos por cada minuto transcurrido más que a cualquier dios.
8) que te llegue a casa un pedido hecho en internet. Conocerás la sensación sobre todo si no eres Premium y si compras en lugares de perdición como el asà denominado Aliexpress, que se toma con calma los precios asà como las fechas de entrega.
9) que te atienda el médico. Pero es vedad que el que avisa no es traidor: lo de paciente no fue elegido aleatoriamente, sino para que supiésemos a qué atenernos.
10) que ese plato que trae el camarero sea, por fin, el tuyo. No más mirar con deseo el postre ajeno.
La vida es, en suma, eso que te pasa mientras esperas... ¿O eso que esperas mientras te pasa?
Me ha encantado la entrada!!! Estoy muy de acuerdo con todo :) sobre todo con lo del norte y el 40 de mayo,que harata estoy del tiempo norteño ¡Quiero quejarme de calor! Me ha encantado la entrada.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Jani. Ya somos dos las que queremos quejarnos del buen tiempo :)
EliminarUn beso.
Me gustan esos nuevos 10 mandamientos.
ResponderEliminarSaludos
10 madamientos que ni al mismo Dios se le hubiesen ocurrido :P jaja
EliminarUn saludo.
BuenÃsimo, siempre nos quejamos de la falta de tiempo y ya vemos que no es nuestra culpa. Busquemos algo para "mientras tanto" Abrazucos
ResponderEliminarCierto, Ester, con algo hay que llenar esos espacios de esperas.
EliminarUn abrazo.
Hola Sofia, encantados con tu nueva religión....
ResponderEliminarGracias, buen dÃa, besos mÃsticos..
Gracias, Vito. Solo espero que entre mis fieles no se despierten los fanáticos...
EliminarAbrazos.
La de veces que pensare este frase a lo largo del dia, jeje. Sobre todo, cuando desenredo los cables de los auriculares, bufff! Muy bueno el post!
ResponderEliminarUn besito!
Ufff, los cables, muy cierto. Apunto esa también xD
EliminarGracias, Ali.
Abrazos.
Parafraseando a Lennon mi querida Sofi.
ResponderEliminarPero como decÃa una exnovia tienes la boca retacada de razón. La vida se nos va en esperar que lleguen cosas, y mira ya llegó el Mundial, jajajaja, ya sé que no es lo tuyo pero a mà ya ves que me posee un poco la locura del fut.
Y mira, como ha pasado varias veces en el poco tiempo que tenemos leyéndonos, me has dado otra idea para ponerme a teclear.
Abrazos querida amiga.
¿Será cierto que Lennon dijo aquella famosa frase? ¿No será de Coelho? jajaja
EliminarUfff, de mundial no me hables que tengo ya bastante con los amigos que están ya deseando que empiece. Pero bueno, supongo que cada uno espera por lo que más le apasiona, ¿verdad?
Gracias Gilo.
Un abrazo.
No sé si bromeas Sofi, pero por si no la frase está en la canción Beautiful boy.
EliminarMira qué vengativa me has salido, ya que hablé de futbol me citas al Cohelo, jajajaja.
Abrazos.
jajaja Gilo, por supuesto es broma!!! Cómo no conocer esa canción maravillosa de Lennon.
EliminarEs que el fútbol saca lo peor de mà jaja :P
Abrazos dobles.
¡Me encanta! Y ahora añadirÃa los trámites burocráticos, tener que esperar a que me lleeue un papel para presentar otro que tarda en llegar y es imprescindible para pedir otro.
ResponderEliminarBesos.
Ufff, con la burocracia hemos topado, Marigem. También, otra eterna y desesperante espera.
EliminarUn abrazo.
¡Genial decálogo Sofia!
ResponderEliminarAsà es la vida ja,ja,ja, una eterna espera como en el punto numero nueve; ahora está mucho más claro que lo de pacientes es una gran verdad :-). Y por cierto el que tenga el don de la paciencia se puede considerar como un ser muy, muy afortunado.
Un abrazo y a ver si llega el calorcito!!
Yo paciencia más bien poca, Miguel. Pero ya ves, la vida al final te hace esperar por una cosa u otra y no hay más que hacerle.
EliminarQue llegue, que llegue ya!
Un abrazo.
Fantástica esta entrada! AñadirÃa los interminables minutos de anuncios cuando estás viendo una peli o una serie. Que cuando vuelve ya ni te acuerdas de por dónde iba...
ResponderEliminarBesotes!!!
Margari, ¡los olvidé por completo! Especialmente los de Antena 3... jajajaja
EliminarUn beso.
Esos momentos exasperantes. Yo alguno ya los controlo con un libro, una libreta, otros los hago divisar de lejos viendo detalles que antes no veÃa (para el bus) otros le hecho paciencia, dosis, dosis o atisbo el encuentro de alguien conocido. Lo del windows, uf, el peor que llevo jeje. Un saludito SofÃa
ResponderEliminarWindows saca lo peor incluso del ser humano más paciente jaja. Buena idea esa para amenizar la espera, Emerencia.
EliminarUn abrazo.
Hola SofÃa , y si no cuando vas a la consulta del dentista a que te extraigan varias muelas , que parece que el tiempo que tienes que esperar , se queda como si fuese congelado , gracias por el cariñoso comentario que has dejado en blog , te deseo una feliz tarde te mando un abrazo .
ResponderEliminarPd , perdón pero es que me puse di en vez de si .
A mà me lo vas a decir, que la última vez estuve esperando en el dentista casi una hora... Lo dicho, que por algo nos llaman "pacientes" jaja.
EliminarGracias a ti de nuevo, Flor.
Un abrazo.
Brillante reflexión en forma de decálogo. A veces consumimos la vida esperando nuestro momento, la situación ideal, la circunstancia perfecta... El problema es que quien se acostumbra a esperar su momento, se arriesga a no actuar. Y, como nos explicó Newton, para que algo se mueva hay que darle un empujón.
ResponderEliminarFantástico, SofÃa. Un abrazo!!
Correcto, David! Tal vez en situaciones como las que describo no haya más remedio que esperar, pero es cierto que en muchas otras, es necesario elegir y dejarse de esperas, que hay trenes que solo pasan una vez en la vida.
EliminarUn fuerte abrazo.
Cierto es que quien espera desespera. La espera más acongojante que recuerdo es la de la publicacion de las notas de un examen en el tablón de anuncios de la facultad. La impaciencia es un mal que corroe a los que no sabemos esperar. Da igual que lo que se espera sea algo bueno o malo. Por una razón (deseo irrefrenable) o por otra (miedo atroz) se nos hace eterna la dichosa espera.
ResponderEliminarPor lo menos, el verano ya está a la vuelta de la esquina, jeje.
Un abrazo.
Las notas de los exámenes... Pues ya te imaginarás, Josep, la tortura de esperar a que esa dichosa nota te la envÃen al móvil, que es el método que utilizan ahora en las universidades. Cuántas veces el corazón daba un vuelco al escuchar la notificación de mensaje, para descubrir que solo era publicidad de la compañÃa telefónica jaja.
EliminarUn abrazo.
Hola SofÃa,
ResponderEliminarMaldita espera, jajajaja
¡Ay! Qué bueno y me he sentido identificada en muchos de los casos, bueno en casi todos, :) Sabes lo del paciente no lo habÃa pensado nunca, y al leerte, ¡es verdad! toda la razón del mundo.
Me encantó.
Un beso.
Irene, bienvenida de nuevo!
EliminarPues sÃ, pero lo curioso es que al final somos una especie de pacientes asÃ, en general en la vida, y no solo en la consulta del médico. :)
Gracias.
Un besote.
que llegue ya!
ResponderEliminarUn abrazo.
El verano? SÃ, por dios, que ya se está haciendo de rogar demasiado jaja
EliminarBesos.
¡Totalmente de acuerdo SofÃa! La vida al final es todo mientras esperas, lo que luego te pasa, pero tendemos a pensar que el "mientras" es una pérdida de tiempo. Lo cierto es que las esperas y las colas ponen a prueba mucho la paciencia, quizás por eso hay mucha gente que hace meditación. Quitando una o dos, me pasan todas, y bueno que te voy a decir del tiempo, yo también soy del norte...
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un besazo, guapÃsima.
Hay momentos en los que yo me planteo también hacer meditación, porque mi impaciencia a veces puede ser incontrolable jaja.
EliminarAl menos parece que los del norte no estamos solos, Ziortza, que nos acompañan los del sur.
Un besote.
Ayayay... lo de las esperas lo llevo fatal, no soy muy paciente que digamos. Me identifico con casi todo lo que has enumerado SofÃa. Menos mal que siempre siempre llevo un libro (de papel) por si acaso.
ResponderEliminarP.d.- Por estas islas lo del 40 de mayo no se cumple, pero si que es verdad que lo de la eterna primavera empieza a ser un mito. Tiempo raro raro raro.
Muchos besos SofÃa.
me refiero a llevar un libro para las esperas fÃsicas... ayer me pegué en el dentista una hora y cuarto esperando mi turno, con lo mal que se pasa :(
EliminarYo soy también terriblemente impaciente, Tara. Pero, ahora que lo pienso, es rara la vez que llevo un libro para leer. Y mira que me gusta la lectura... La próxima vez que vaya al dentista, me llevaré uno para amenizar esa espera pre-sufirmiento jaja.
EliminarUn besote.
¿presurfimiento? ¿también haces surf? jajaja
Eliminarjajajajaja y ahora es cuando me arrepiento de no revisar tres veces las respuestas. ¿Ves como soy una impaciente? :P
EliminarMuy bueno Sofia, con la primera yo me desespero, esos puntitos rodando que cuento una y otra vez sacan lo peor de mÃ, jajaja
ResponderEliminarYo también soy de las que voy con libro a todas partes, en mi caso ebook, e intento aprovechar el tiempo para leer, asà me parece que no pierdo tanto el tiempo, la espera me desespera.
Besos
Como le comentaba a Tara, yo tengo que empezar a llevar conmigo un libro que me saque de mi impaciencia jaja.
EliminarUn besazo.
Asà es, SofÃa. Coincido plenamente con casi todo. Me da un poco igual lo del autobús y lo de la cajera del super porque me gusta mientras observar (siempre que no lleve mucha prisa).
ResponderEliminarAhora bien, con la número 2 me pongo de los nervios y me convierto en Spiderwoman subiéndome por las paredes.
Muy buen post.
Un beso
Es cierto que lo bueno de las esperas de bus y cajeros de súper lo vuelven a uno más observador y reflexivo jaja
EliminarYa somos dos Spiderwoman ;)
Gracias, Chelo.
Un abrazo.
Muy cierta e inteligente esa reflexión, Julio. Tal vez somos nosotros los que vamos desacompasados, apresurados en comparación con un planeta que se toma las cosas con calma.
ResponderEliminarTe dejo otro abrazo.
Jajajajja, eres lo más. Me he sentido identificada en cada uno de los puntos, ainsss.. Y yo que no me caracterizo por ser muy paciente. En fin.. que le vamos a hacer.. Dicen que a los niños hay que enseñarlos a ser pacientes y saber esperar. A ver quien le enseña eso a mi niña cuando yo soy lo contrario.
ResponderEliminarSocorro!!
Besos, guapa. Aparezco en cuanto tengo un hueco.
Los que somos de naturaleza impaciente, Violeta, poco podemos hacer. Mira que mis padres también lo intentaron, pero de poco sirvió jaja.
EliminarUn besazo.
¿No será que nos preocupamos e impacientamos por cosas sin demasiada importancia?
ResponderEliminarIgual hay que esperar, lo mejor (o por lo menos lo que es mejor para mÃ) es aprovechar ese tiempo en relajarnos, leer algo como hace Isabel, en fin en no engancharnos en una inquietud estéril.
Muy bueno el decálogo, siempre con tu fina ironÃa.
Besotes, SofÃa.
Yo soy impaciente por naturaleza, Mirella. No sé si es que deberÃa hacer un poco de yoga o meditación. Pero mis momentos de relax también los tengo, que conste jeje.
EliminarUn abrazo.
Y es que... el que espera desespera,...
ResponderEliminarBuen fin de semana,... que ya veréis que pronto pasa,...
Y tanto, Norte!
EliminarGracias, buena semana.
Bueno, un decálogo de cosas que pasan y no pasan, de esperas y no llegan, desesperas... Y a eso denominas vida :))))
ResponderEliminarCreo que todo tiene que ver con tus musas...
Abrazos SofÃa.
Mis musas a veces me hacen esperar, y mucho, Ernesto.
EliminarAbrazos, buena semana.
Muy buena entrada SofÃa, vivamos pues y disfrutemos!!
ResponderEliminarCarpe diem, Mer! Muchas gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
jajajaja me encanta ver que no soy la única que piensa todo esto. Me siento identificada con todos los puntos, pero en especial con el 1, el 6 y el 10. No sé tú pero mi ordenador siempre se actualiza cuando decido irme a dormir ;)
ResponderEliminar¡Un besazo!