Me levanto. Te levanto. Abres los ojos a la hora de mi desayuno.
Me acaricias. Porque yo te dejo. Y tengo hambre.
Te hago feliz con cosas simples, durante el dÃa.
Ronroneos. Maullidos. Tontas bolitas de papel que me lanzas. Juego. Por un rato. Me voy.
Te miro fijamente con mis grandes y hermosos ojos. Sé que te derrites. Entrecierro mis párpados, pestañeo de forma encantadora. Ahora sà que te tengo donde quiero.
Duermo, duermo y duermo. Panza arriba, panza abajo. En lÃnea recta o en forma de rosquilla. Tapándome la cara con las zarpas. Sobre mi cama. Sobre la tuya. Sobre la mesa, el sofá, la alfombra, una caja, una maleta, un armario. Me escondo en un mullido paraÃso antes de que vengas, otra vez, a acariciarme.
Que me gusta. Un poquito más, asÃ, ahÃ, en la barriguita. Pero no tanto. Vale, suficiente. Me cansé, voy a morderte. Tú te lo has buscado. Ahora no te quejes.
Tengo hambre de nuevo. Ven, que de repente te quiero. SÃ, muy bien, hora de alimentarme. Ah, mi momento de gloria. ¿Gracias? ¿Por qué tendrÃa que darlas?
Me muevo, con sigilo. El caso es que no escuches mis pasos. Doy saltos precisos, elegantes. Mis orejas parabólicas, moviéndose de un lado a otro, lo oyen todo. Mis retinas alargadas, vigilantes, te ven, anticipando tus movimientos. No te acercas tú, me acerco yo. Si eso.
Aparezco y desparezco. Cuando quiero, sin avisarte. MÃrame, mÃrame. No me mires. Intermitente, impredecible, contradictoria.
Debes abrirme las puertas de la habitación, como hiciste con las de tu corazón. Debes abrirme un huequecito en tu cama, como me lo abriste en tu vida. Porque el rastro de mis pelos y las marcas de mis huellas se han hecho sitio en tu casa a la felina: por siempre y para siempre.
Soy tu dueña. Tu gata. Pero eso ya lo sabes. Y tengo hambre otra vez.
Publicado el 5/7/2018
¡Hola, SofÃa!
ResponderEliminarAy, yo no tengo gatos, pero sà perros y son los dueños de la casa. Se hacen querer muchÃsimo y sin darnos cuenta nuestras vidas giran alrededor de las suyas.
Me ha gustado mucho tu texto.
¡Un beso, guapa!
Ayyyyy yo tengo varios gatos y son asÃ, por eso me encantan porque ellos deciden cómo, dónde, cuándo y con quien.
ResponderEliminarBesos.
Oda felina a esos animalitos tan astutos y a veces egoÃstas, pero a quienes sus dueños y servidores tienen engatusados, jeje.
ResponderEliminarPerros y gatos tiene distintas personalidades y comportamientos, pero comparten los desvelos y el cariño que les profesamos.
Y ahora tengo que dejarte porque es la hora de sacar a mi perro. Eso que te ahorras, jajaja.
Un abrazo.
Hola SofÃa , si no fuese por la foto , Yo jurarÃa que a medida que iba leyéndote , mi imaginación se hacÃan una idea de que en vez de tener un lindo gatito , tenias a un tigre albino en casa , ya que la foto casi no deja ver , que es de un color pardo o marrón , me a gustado mucho como lo has descrito , por cierto el gatito tiene unos ojos preciosos , te deseo una feliz tarde , besos de flor.
ResponderEliminarJo, la última frase bien podrÃa ser el colofón perfecto a un relato de terror, SofÃa. Yo de niño tuve gato y perro. ¡Son tan distintos! Los gatos son elegantes, no regalan su cariño, tienes que ganártelo. Les gusta su espacio privado, casi es como una relación de igual a igual como apuntas en este texto. Bueno, casi, je, je, je... Ahora entiendo tu avatar. Un abrazo!
ResponderEliminarTal cual. Ellos mandan. Se dejan acariciar hasta que se cansan 6 te muerden o te arañan pero con mucho cuidado. Jamás para hacer daño, aunque... no siempre controlan la longitud de sus uñas. Yo no tengo que abrirle las puertas al mÃo; él aprendió desde muy pequeño y las abre solo. Tengo que echar la llave si no quiero que se vaya. Y no quiero porque la vida sin él serÃa mucho menos rica, aunque yo fuera más libre.
ResponderEliminarPrecioso.
Un beso.
Gatos o perros, sÃ, son los absolutos dueños de la casa. Pero no nos importa, ¿verdad? Genial tu relato.
ResponderEliminarBesotes!!!
Adoro a los gatos, por lo tanto este texto, escrito desde el lado felino, me encantó.
ResponderEliminarSupiste describir muy bien cada uno de sus movimientos, esa forma de "te quiero cuando yo quiero, pero cuando lo hago te derrito". Es asà y por eso me gustan.
Precioso, SofÃa.
Un enorme abrazo (y caricias en el cogotito, a ella).
Qué bonito relato Sofia y además son asÃ.Un abrazo.
ResponderEliminaruN RELATO LLENO DE TRANSPARENTE ALEGRIA
ResponderEliminar¡Ay, SofÃa! Si es que son asÃ, tal cual; yo ya lo sabes tengo perros, pero estoy en contacto con los gatos por amigas y vaya, lo has descrito perfectamente, jejeje
ResponderEliminar¿Qué harÃamos sin nuestras mascotas? :)
Una entrada preciosa.
Besos.
madre mia sin ellas nada es lo mismo! besitos1
ResponderEliminarMe ha gustado mucho leer a la felina, vive muy bien, siestas, caricias, comer. Cómo se hacen querer los animales.
ResponderEliminarSaludos SofÃa
Pues esta gata es más lista que el hambre y oye, algo se le ha pegado de la dueña, porque se expresa de lo lindo. jejejej.
ResponderEliminarMuaks.
Me ha encantado SofÃa como ha contado tu gata lo que siente. es que se nota que ella es la dueña de la casa y de tu corazón, que hace contigo lo que le da la gana.
ResponderEliminarLista, ágil, intuitiva y seguro que preciosa.
Te ha salido escritora la minina ¿eh SofÃa?
SofÃa, es como si esto lo hubiesen escrito mis gatos...
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