Maus. ¿Qué decir de Maus? Otra vez vuelvo a encontrarme con dificultades para escribir una entrada, porque admito que no sé ni cómo empezar ni cómo desarrollar lo que quiero expresar.
Maus es un cómic, pero no un cómic corriente. Merece una categoría aparte por varias razones (esto lo confirma el hecho de que crearan un puesto especial para concederle el premio Pulitzer, el cual nunca se otorga a cómics) . En primer lugar, es una historia autobiográfica... en parte. En realidad, Art es el hijo de Vladek Spiegelman, quien nos cuenta la historia, pero la historia de su padre. Un hombre que vivió cara a cara el horror de la II Guerra Mundial y que palpó de cerca una de las mayores atrocidades que se ha cometido no solo contra el pueblo judío, sino contra la humanidad en general: el Holocausto. Vladek sufrió las graves consecuencias de este acontecimiento histórico. Tuvo que soportar la pérdida y separación de sus familiares, la miseria, el hambre, el miedo, crímenes, matanzas, encierros, todo como consecuencia de la maldad humana. Si hay algo sobre lo que este cómic me hizo reflexionar, es sobre la ilimitada crueldad del ser humano. Sí, es bastante triste lo que escribo, pero no pude evitar esa sensación de indignación y pérdida de fe en la humanidad cuando leía esta obra, y que me perdone el que piense que estoy siendo excesivamente pesimista.
Vladek es un judío superviviente de este terrorífico derrame de sangre, pero no cabe duda de que tanto dolor y tanta destrucción le dejaron secuelas de por vida. Sí, es cierto que mientras cuenta sus vivencias a su hijo Artie es ya un anciano con los achaques propios de su edad, pero Art sabe que su padre aún no ha superado aquello, por la sencilla razón de que es imposible de superar. Por ello, quiere dejar plasmada con la máxima fidelidad esta historia tan real, dejar evidencia de un denunciable pasado que no se debe olvidar.
Otra característica peculiar es el dibujo del cómic. Maus se vale de una especie de metáfora para representar a los distintos tipos de personajes. Así, los judíos se identifican como ratones y los alemanes aparecen siempre como gatos (está más que claro el mensaje); también aparecen cerdos (aliados de los nazis), perros (americanos), entre otros.
Está claro que Maus es una historia triste. Como dije, una historia triste porque sucedió aquí, en el mundo real, hace no tanto tiempo, y fue llevada a cabo por personas. Bueno, rectifico, "personas".
Hace unos días escuché decir a alguien que el tema del Holocausto ya está más que explotado, que hay demasiadas historias sobre ello. Me molestó un poco aquel comentario. La guerra es un tema vigente, y ya no solo eso, sino que también amenazador. ¿Quién nos garantiza a nosotros, falsamente pacíficos, que nadie nos va a robar la liberad como hicieron entonces? En mi opinión, es necesario recordar constantemente lo que ocurrió para evitar, en la medida de lo posible, que terribles historias como la de Vladek Spiegelman se repitan para cualquiera de nosotros. Y una buena forma de hacerlo, por supuesto, es leyendo el impactante mensaje que nos muestra Maus.
Leo a la tarde, 6.5 en neuro
ResponderEliminarjajajaja me alegro mucho, pero esto no es un chat, que para algo existen tuenti y los sms
ResponderEliminarEs una novela gráfica, no un cómic.
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