"Fugas", de James Rhodes. ¿Por qué hay heridas imposibles de sanar?

Hace casi un año, James Rhodes me enseñaba con su biografía Instrumental tres cosas que nunca olvidaré. La primera, que los abusos sexuales a niños siguen siendo un tabú y que la pederastia es una lacra que apenas ahora se empieza a denunciar. En segundo lugar, Rhodes me hizo entender que el mundo de la música clásica necesita renovarse, que no tiene por qué ser un estilo al alcance de unos pocos estirados sibaritas. Y por último pero no menos importante, que así como hay heridas que nunca se terminan de curar, también existen sueños que se hacen realidad.
Como se imaginarán los que no lo conozcan, leer las experiencias de un hombre que fue violado por su profesor de educación física puede resultar duro y escalofriante. Y lo es, qué duda cabe. No obstante, relean esa última frase del párrafo anterior, porque en las palabras de Rhodes siempre hay espacio para una esperanza agridulce, pero esperanza al fin y al cabo. 
Este pianista que ahora viaja por el mundo ofreciendo conciertos de piano y dando conferencias se topa continuamente en un cruce de caminos entre el deseo de ser feliz y las cadenas de rabia, frustración, miedo y dolor que arrastra desde su infancia. 

Y Fugas, su último libro, no deja de ser una prolongación en forma de diario de esa batalla que libra día sí y día también para conseguir, en medio de ese enredo de negras emociones, un fino hilo de paz. Mientras que Instrumental es puro impacto, un ejercicio de empatía y un testimonio compartido a corazón abierto, Fugas es un monólogo que sorprende, pero por razones algo distintas. A mí, al menos, leer los pensamientos de Rhodes sobre su vida diaria, me hizo pensar en el poder de la maldad, de sus consecuencias a largo plazo. Ver que a pesar de su éxito fulminante, de haber cumplido su sueño, de haber encontrado en la música una píldora de salvación, de los viajes increíbles y las personas que le admiran, James sigue siendo un hombre atormentado por el daño que le causaron siendo apenas un niño. Aunque al final, vuelvo y repito, el autor deja un halo de esperanza agridulce, no pude evitar preguntarme por qué. Por qué es tan fácil y rápido joder para siempre a alguien, y por qué, lejos de lo que nos quieren hacer creer los predicadores del "no hay mal que cien años dure", hay heridas que son sencillamente imposibles de sanar. ¿Por qué?


Publicado el 22/1/2018




CONVERSATION

40 comentarios:

  1. Gracias por tus recomendaciones, son muy útiles. Abrazuco

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay de qué, Ester. Pero ya te digo que esta lectura es de todo menos fácil.
      Otro abrazote para ti.

      Eliminar
  2. Uffs, debe de ser impactante, en serio. A mí las biografías me cuestan mucho, la verdad. He leído muy pocas a lo largo de mi vida, y normalmente porque llegaron a mi en forma de regalo.
    Pero debe ser duro leer ese tipo de situaciones.
    besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La biografía de Rhodes es de todo menos convencional. Está claro que es una lectura para la que hay que estar preparado, por razones obvias.
      Gracias, Violeta, y un besuco.

      Eliminar
  3. Se escucha como un libro que dan ganas de leer, aunque lo pienso, y creo que estoy pensando que dirá cosas que quiero escuchar o leer. Sabes, yo estoy a veces en ese cruce de caminos, y me voy por un sendero pero los caminos se vuelven a cruzar constantemente.
    Se habla de lo que se sabe, se escribe, y parece que en este caso este hombre sabe de lo que habla.
    Muy buena reseña Sofi.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguramente todos estemos en un continuo cruce de caminos, Gilo. El problema está en que Rhodes, por sufrir los abusos que sufrió, lo tiene 20 veces más jodido que nosotros. Si ya nos cuesta, imagínate lo que debe de ser para él...
      Gracias, querido Gilo.
      Abrazos fuertes.

      Eliminar
  4. Me encanta la reseña!! Es un autor que me gusta!! Me gusta como explica las cosas, esas cosas tan difíciles de contar!! Apuntado!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Little Things. Una de las cosas más admirables de su testimonio es que tiene la valentía para contar hechos tan duros y difíciles.
      Un beso.

      Eliminar
  5. Hace tiempo que tengo "Instrumental" apuntado entre mis pendientes. No sé si estoy en el mejor momento para enfrentarme a una lectura tan dura, pero, al menos, me lo has recordado.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Instrumental es fuerte, pero también es una lectura que te enseña mucho sobre superación y denuncia social. Ya contarás en el blog si finalmente te haces con ella.
      Un besote.

      Eliminar
  6. Una reseña muy especial y personal como por suerte nos tienes acostumbrados. Efectivamente, y como decías en otra entrada, un minuto, una hora o lo que durará esa mala y angustiante experiencia, puede marcar una vida para siempre. Creo que por suerte y sin llegar a extremos, nuestro cerebro tiende a esconder los malos recuerdos para poder sencillamente vivir o sobrevivir.
    Un beso Sofía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es, Miguel. Rhodes hace referencia precisamente a esos momentos repentinos que pueden cambiar nuestra vida para siempre. Sí, el cerebro tiende a ocultar lo que nos hace daño, y el pianista comentaba que él recurría a la evasión de su cuerpo para escapar de esa terrible situación.
      Gracias y un beso de vuelta.

      Eliminar
  7. ¿Por qué...? Eso me gustaría saber... O quizás sea mejor no saberlo, no sé. Ya tenía Instrumental bien apuntado. Ahora voy a tener que apuntarme éste.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dale una oportunidad primero a Instrumental, Margari. Es imposible que te deje indiferente...
      Gracias y un abrazo.

      Eliminar
  8. Un libro que desconocía y que desde luego debe ser una lectura de esas que marcan. De hecho, ha conseguido inspirarte ese párrafo maravilloso con el que comienzas la entrada. No se me ocurre mayor infamia, mayor acto de maldad imperdonable que violar a un niño. Leerlo provoca asco; imaginarlo, nauseas; vivirlo, sin palabras. Tengo dos hijos y... bueno. No sé que le haría a un desgraciado de esa calaña si les hiciera algo. Por que vivir con odio no es bueno, pero un buen desahogo. En fin. Ojalá no se produzca nada igual nunca más. Soñar no cuesta nada. Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que haya seres, individuos capaces de provocar ese tipo de lesiones físicas y emocionales a un niño demuestra que el mal existe y tiene un poder indestructible. Me pasa lo mismo, David, ahora que doy clase a niños pequeños siento más rabia por saber que esos desgraciados andan sueltos por ahí. La única solución está en la vigilancia y el endurecimiento de las leyes, creo yo.
      Gracias y un abrazo.

      Eliminar
  9. Leí el primero. Me indignó. No pude entender que su madre no notara el cambio tan radical que sufrió. Su tutora más de lo mismo. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Instrumental me indignó, me dolió, me entristeció... Sí, yo también pensé en si los síntomas de que Rhodes estaba sufriendo estos abusos serían tan invisibles, pero las situaciones son tan complejas a veces...
      Saludos, Betty.

      Eliminar
  10. Yo creo que el daño infringido a un niño, sea del tipo que sea, es muy difícil de borrar y se magnifica con el paso de los años. A edades tempranas no se tienen defensas ni armas con las que protegerse y lo más normal es que resulte un adulto jodido, como tú dices.

    No había oído hablar de este autor ni de sus obras, pero me parece interesante el planteamiento que nos muestras, así que lo tendré en cuenta si llega un momento adecuado para mí. ¡Gracias, Sofía!

    Un beso y feliz martes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dicen que los adultos somos el producto de nuestra infancia, y yo creo que es totalmente cierto. Sanar las heridas de un niño que pasó por esta terrible experiencia es, como bien digo, prácticamente imposible.
      Gracias, Julia. De leer este o Instrumental, verás que no te deja indiferente.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  11. Uf, yo es que las biografías me cuestan mucho, pero gracias por la recomendación
    saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como comentaba más arriba, esta biografía es tan intensa y dura, que también cuesta, pero por motivos diferentes.
      No hay de qué, gracias por comentar.
      Saludos.

      Eliminar
  12. Cada uno encaja y digiere el daño sufrido a su manera, como no todos superamos una crisis del mismo modo. Pero esas despreciables agresiones dejan, indudablemente, una herida que difícilmente llega a sanar, y eso lo sabemos por el testimonio de quienes lo han sufrido en sus propias carnes.
    Una reseña, no solo interesante sino también ilustrativa.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Josep, existen miles de maneras de manifestar el dolor. Pero, creo yo, quienes son abusados por pederastas suelen presentar unas carencias emocionales comunes. Qué difícil lidiar con ello para siempre.
      Gracias y un abrazo de vuelta.

      Eliminar
  13. ¡Hola!
    Me encantan las biografías pero cuando tratan algo tan duro tengo que encontrar el momento, a veces me cuesta separar lo que estoy leyendo de mi vida real.
    Besos y mil gracias por la reseña.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te entiendo, Marigem. Leyendo su primer libro había momentos que tenía que parar, distraerme y coger fuerzas para retomarlo. No es fácil, en absoluto.
      Besos y gracias a ti por pasarte.

      Eliminar
  14. ¡Hola Sofía!
    Ayer leyendo en una red social las novedades que trae una librería en mi ciudad que se llama Educania. Hablaron de este libro que comentas. Lo más seguro es que lo lea.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este es interesante, pero te recomiendo empezar por "Instrumental", para entender bien el porqué de "Fugas".
      Gracias y besotes.

      Eliminar
    2. Gracias. Apunto ese título.

      Eliminar
  15. Hola ;)
    Reconozco que Instrumental me impactó en algunas cosas, especialmente en la prosa directa de Rhodes y en su naturalidad para hablar de abusos sexuales, de esa forma tan franca. Pero he leído otras libros con esa temática que me han gustado muchísimo más, y no sé si me animaré ocon "Fugas".
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Casualmente he leído tu reseña de "Diario de un incesto" esta mañana. Imagino que si Instrumental fue dura, ese otro tuvo que ser un trago muy amargo, pero a veces necesario para recordar que nuestro mundo está podrido.
      Un abrazo.

      Eliminar
  16. Una pregunta para la que la inmensa mayoría de las personas de bien no encontramos respuesta.
    Sin duda, hay huellas que son imborrables en las vidas de las personas, y en su caso, motivo había para ello.
    Me parece una lectura intensa y dura pero interesante, así que muchas gracias por tu particular reseña.
    Un beso, Sofía
    Pd: Espero que tu ánimo haya mejorado un poco ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es interesante, dura, necesaria... y dolorosa.
      Gracias a ti por el interés, Chelo. Por suerte, hay heridas que sí van sanando, aunque sea poco a poco :)
      Un fuerte, fuerte abrazo.

      Eliminar
  17. No he leído Instrumental, cada vez soy más consciente de que los libros tienen su momento y aún no lo he encontrado, pero sí lo tengo apuntado y me quedo con esos tres hechos que destacas en tu entrada. La pederastia es y sigue siendo tabú, para los propios afectados y para algunos que prefieren mirar hacía otro lado. El mundo de la música clásica y ese poder curativo de la música, que consigue sobrellevar y no hundirse en el abismo por esa decepción y el terrible dolor que causan algunos adultos, y me quedo con la esperanza de que sí, que los sueños también se pueden hacer realidad.

    Heridas emocionales tan profundas siempre dejan huella y aunque se aprenda a vivir con ellas, están ahí recordando que a ese niño se le robó la infancia, conseguir que no lastren y que se aprenda a vivir no es fácil pero se hace.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los libros son como todas las cosas que nos ocurren en la vida: llegan cuando tienen que llegar. Es verdad que es difícil estar totalmente preparada para leer una historia como la de Rhodes, pero es necesaria cierta carrerilla antes de meterse en el inframundo mental de este pianista.
      Por suerte, la música amansa a las fieras, incluso a las que llevamos dentro.
      Un beso.

      Eliminar
  18. Guapaaa!! Que casualidad! Tengo los libros de este hombre en mi estanteria. Descubrí blackie books hace un par de meses, me leí prohibido nacer, y me encantó, y ahora tengo estos pendientes.
    Eso de que no hay mal que cien años dure es una frases inventada por alguien a quien le convenía, como todos los dichos y refranes. Claro que se puede destrozar una vida, seas niño, adolescente, o una persona mayor. Por no hablar de, en ciertos casos, los familiares.
    Hay muchas injusticias en el mundo!
    Un besote!!
    Pd: las leeré en breve, ya comentaré qué tal :))

    ResponderEliminar
  19. ¡Hola, Sofía!

    Leer a Rhodes nunca es fácil, pero cuando llegas al final del libro sabes que ha merecido la pena. Hay algo en él que hace que siempre te intereses no sólo por su música sino también por sus libros, aunque sepas que la lectura no va a ser un camino de rosas. Tengo pendiente Fugas, y por tu reseña veo que más o menos va a seguir el camino de Instrumental.

    Cuando lo lea te diré qué me ha parecido. Por cierto, Rhodes viene a Barcelona el mes que viene a presentar este libro, pero es un jueves y no podré ir :(

    ¡Un beso, guapa!

    ResponderEliminar
  20. Hola Sofía, ando atrasada con tus publicaciones, hoy comencé por esta, y me ha resultado interesante el autor del libro, como músico no lo conocía ahora sí que sí. Del tema es duro, solo puedo decirte que estas experiencias nunca se olvidan, te marcan, te hacen que sobrevivas en un mundo que a veces lo conviertes en ficción. Un beso

    ResponderEliminar

BTemplates.com