Disyuntivas

Imagen del artista Adam Hale
La vida es una continua bifurcación. Justo cuando piensas que ya estás siguiendo una dirección recta, certera, aparece esa encrucijada que vuelve a ponerte a prueba. Otra vez tienes que elegir entre A o B, sabiendo que lo que ganas con una lo pierdes en la otra, y viceversa. Ah, esa sutil ironía de la vida que nos dice que algo igual de importarte vas a tener que sacrificar en ambas rutas:
Elegir entre la cabeza y el corazón, entre la estabilidad de lo racional y lo placentero de la emoción.
Quedarte donde estás a gusto o marcharte a donde puede que estés aún mejor (esto último lo sabrás solo cuando estés ahí).
Acurrucarte en esa maravillosa zona de confort o cruzar esa línea donde emergen las oportunidades que tu estúpido miedo e inseguridades no te dejaban ver.
Cambiar, probar, arriesgar, aterrarse, mudar; o mantener, continuar, seguir, permanecer, asegurar. De lejos son verbos que parecen casi iguales, pero al verlos de cerca te das cuenta de que cada uno ofrece un matiz distinto, un cariz que modifica la trayectoria de forma particular. Como para saber qué escoger.
Una busca tener el control, encontrar la solución, perder lo menos posible. Y antes de lanzarte a jugar a esa ruleta rusa, te paras a pensar (sobre todo si eres de alma rumiante como la mía) las posibilidades, los pros y los contras y te atenaza esa idea perturbadora de que la certidumbre no es más que una ilusión. No hay nada sobre seguro.
En cualquier caso, las disyuntivas tienen, en mi opinión, un antídoto infalible: el destino. Aunque al final eres tú quien juega tus propias cartas, la mano ya fue barajada por lo inevitable, por la casualidad, eventualidad o la predestinación (divina o pagana). Al final, la disyuntiva se disuelve con el devenir de los acontecimientos y poco o nada merece la pena pensar en qué hubiese pasado si hubiésemos tomado aquel otro sendero, porque, lo mires por donde lo mires, estás en donde tenías que estar. 


Publicado el 1/10/2018


CONVERSATION

14 comentarios:

  1. Tu primera frase es contundente y no se puede rebatir. la última un resumen de lo que es, aunque no hay ningún problema si pensamos ¿y si hubiera....?, es bonito aunque no sirva de nada.

    Saludos

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  2. ¿Y si probamos a dejarnos llevar y ver donde llegamos? Hoy me alegra que comerse la cabeza no engorde. Abrazos

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  3. Hola.
    No hace mucho hice un post improvisado sobre esto. ¿Por qué hay que elegir? Y o me niego, pero claro, hay que hacerlo.
    Besos y muy feliz semana.

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  4. El azar y la necesidad, la casualidad y la causalidad. Toda nuestra vida está repleta de disyuntivas a las que tenemos que hacer frente usando nuestro intelecto o simplemente nuestra intuición. Pero, lo que está claro, como bien dices, es que a lo hecho pecho, lo hecho hecho está, y que no sirve de nada mirar atrás y pensar "y si...".
    Un abrazo.

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  5. Yo tengo la impresión de que soy malísimo para tomar decisiones, de cosas trascendentes, que de trivialidades no tiene importancia. Casi siempre al paso del tiempo, sean minutos o semanas me llega ese molesto pensamiento que me informa que me arrepiento y que volví a decidir mal. Igual y es pura sugestión.
    Sé perfectamente que a lo hecho pecho, como dice bien Josep, pero esa cabeza que no deja de pensar es un dolor de cabeza.
    Espero tomes la decisión correcta y si decides venir a platicar qué ha pasado ya sabes que aquí estamos.

    Abrazos Sofi querida.

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  6. Estamos predispuestos a quedarnos parados, quietos, a no arriesgar. Y contra más mayor, más placidez se busca. Supongo que el miedo a perder, a ese riesgo del que no sabes si valdrá o no la pena. Pero y si, y si...
    Lo que sí tenemos que hacer es intentar por todos los medios ser felices y si eso significa volver a empezar, pues adelante. Aquí estamos poco tiempo y el mañana es tan cercano que es justo a él a quién deberíamos temer.
    Un buen reseteo y golpe de atención, Sofía.
    Besos.

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  7. Es que, como digo yo hace mucho tiempo, la libertad es un arma de doble filo.Elegir también supone renunciar y eso, como que no gusta.
    Cuando mi hijo era pequeño, al terminar de leer un libro me preguntaba a mí que leía a continuación. Y le daba mucha rabia que yo le dijera que tenía que escoger él mismo.
    No obstante, y tienes mucha razón, una vez escogido el camino, preguntarse lo que habría sucedido de coger la otra ruta. Siempre hay tentaciones, pero no hay labor más inútil y que pueda resultar tan estúpidamente frustrante.
    Un beso.

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  8. La última frase es una verdad lapidaria: estamos dónde debemos estar. A nuestro cerebro le gusta dar vueltas a las cosas, afortunadamente. Pero pienso que es el azar el que rige nuestro camino, podemos decidir conscientemente opciones trascendentes. Pero las que de verdad nos marcan nos vienen dadas por el azar. Conocí a mi mujer en un viaje de universidad al que, racionalmente, no pensaba ir. Encontré mi trabajo por pura casualidad. Ves, escribir si creo que es lo único que he decidido con el uso de la razón, pero lo que me ha venido con ello siempre ha sido por una visita afortunada a un blog, por enterarme de algún concurso en una conexión a la Red porque desperté pronto de la siesta... Y creo que es mejor así, me parece que los seres humanos somos desastrosos tomando decisiones, pero insuperables adaptándonos a las circunstancias. Un abrazo!!

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  9. Pero siempre lo piensas. Es casi inevitable que en algún momento pienses en esa otra posibilidad. Aunque nada pueda cambiar lo que ya está hecho.
    Besotes!!!

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  10. Hola Sofía , la verdad es que a veces la vida , nos pone unas pruebas que no sabe uno que hacer , no es de extrañar que más de uno se lo juegue a un cara o cruz , pero yo creo que eso es un poco arriesgado , yo también estoy con lo que dice Ester , menos mal que el comerse la cabeza no engorda , te deseo una feliz semana , besos de flor.

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  11. Como siempre los temas que abordás son interesantes y nos hacen reflexionar.
    Creo que tenemos un libre albedrío bastante acotado y que el destino, el karma, el azar o lo que sea, deciden por nosotros. Pensamos que elegimos tal camino, pero en la mitad un imprevisto nos desvía y esa determinación ya no es válida y hay que buscar otra.
    Como dice la New Age -y en eso coincido- hay que dejarse "fluir" y no pretender tener todo bajo control. Claro, no es nada sencillo.
    Un gran abrazo, Sofía.

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  12. Hola Sofía, creo que alguna vez hemos comentado que las decisiones más importantes o más influyentes en nuestra vida, se toman inconscientemente en menos de un minuto, aunque luego nuestro pensamiento trate de reflexionar en torno a la disyuntiva a elegir para justificar una decisión que probablemente ya hayamos tomado. Supongo que después ya solo cabe decir "a lo hecho, pecho", y aprender de algún error, si es que lo hubiéramos cometido. Un cálido abrazo.

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  13. Excelente propuesta para debatir Sofía, como acostumbras.
    Estoy de acuerdo con lo que comenta Julio David tener opciones, poder elegir nos hace libres. Cuando todo está determinado, cuando nada de lo que se haga cambiará, uno se siente atrapado. Generar opciones, poder escoger aunque implique renunciar a algo nos hace estar mucho mejor. Recuerdo que tenía una profesora que nos decía que generar opciones era como el néctar de los dioses porque podías elegir. No sé si es el néctar o no pero desde luego a mí me gusta elegir aunque a veces cueste.
    Besos

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  14. Como alguién dijo alguna vez, somos las decisiones que tomamos,... y además pensar en lo que pudo haber sido y no fue, lamentablemente no sirve para nada.

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