Como lo prometido es deuda, hoy voy a hablar de Carrie, una de las más célebres novelas del escritor Stephen King. Se publicó en 1974, y fue la obra que dio comienzo a su popularidad.

Antes de comenzar, debo decir que doy una descripción bastante detallada de la historia, por lo que es posible que desvele algunos acontecimientos que los que aún no la han leído prefieran descubrirlos por sí mismos. En ningún caso revelo el final, pero en fin, prevengo a quien quiera esperar. 

Argumento

Carrie White es una joven introvertida y callada, que desde la escuela primaria ha sido el objeto de burlas y bromas pesadas de sus compañeros. Con 16 años, Carrie ignora toda información relativa al sexo, puesto que su madre, Margaret, es una fanática empedernida de la religión. Sin embargo, la chica no solo es especial por su timidez y aislamiento, sino que además posee ciertos poderes que, aunque aún no controla a voluntad, pueden hacerla capaz de cosas increíbles. 

No obstante, cierto día ocurre un hecho inesperado para la joven: es invitada por el guapo y popular Tommy al baile de graduación. Por fin, parece que la suerte le sonríe para hacerse un hueco entre los demás. Pero por desgracia, lo que realmente espera a Carrie es volver a ser el blanco del desprecio y la humillación... con la diferencia de que esta vez las consecuencias serán irreversibles y solo reinará una palabra: VENGANZA.

Desarrollo de los personajes

Debo decir que si hay un personaje que realmente me sorprendió, fue la madre de Carrie. Sí, es curioso, pero mi sorpresa se debe a la fidelidad del escritor a la hora de crear un ser tan fanático de sus ideales religiosos. Para Margaret todo gira en torno al pecado, la salvación de las almas, el infierno, el castigo de Dios... Y es esta obsesión la que la hace en gran parte culpable de la infelicidad de su hija y de su incapacidad para relacionarse. Por mi parte, verdaderamente llegué a odiar a esa mujer por hacer tanto daño a Carrie y por su exasperante extremismo e ignorancia.

Carrie, qué decir de la pobre e inocente Carrie. Una víctima de su entorno y de sí misma. Sorprende igualmente el giro que da su personaje al convertirse en ese ser incapaz de controlar su ira y sus ansias de venganza, acentuados por su poder mental (la telequinesia).

Otro personaje interesante es Chris, una joven malcriada y arrogante llena de maldad, que se aprovecha de la indefensión de Carrie. Se podría decir que es la causante de los terribles sucesos que acontecen después.

Carrie, película de 1976

Los hechos

La introducción a la novela es clara y directa: las primeras páginas ya nos muestran una de las tantas situaciones de humillación a las que se somete Carrie. Tras una clase de ginmnasia, a la joven le viene el periodo por primera vez en las duchas de los vestuarios, y ante su desconocimiento del sexo y todo lo relacionado a él, la actitud de alarma que muestra desencadena la risa de sus compañeras, quienes a raíz de ello lanzan a Carrie compresas y tampones. Una actitud exenta de cualquier tipo de compasión, algo que por desgracia es más frecuente en la realidad de lo que debería. Es asombroso lo cruel que puede llegar a ser un ser humano, sin lugar a dudas.
Y gracias a este incidente la chica mencionada anteriormente, Chris, decide hacer pagar a Carrie el castigo que le impone la profesora de gimnasia: no asistir al baile. No diré cuáles serán sus planes, pero si hay una palabra para describirlos, es retorcidos. E irónicos, muy irónicos. Aunque como ya se sabe, todos nuestros actos tienen sus consecuencias.
A partir de aquí ya no destripo nada más del libro.

Considero que Carrie es una muy buena historia; encierra gran veracidad dentro de los elementos paranormales y fantásticos que tiene. Como siempre, Stephen King se hace con tus emociones para manejarlas según lo que sienten cada uno de los personajes.

Es cierto que no es su mejor novela, tiene obras más maduras y más desarrolladas, pero para empezar a introducirte en su escritura, creo que esta historia puede ser un buen comienzo.