Antes de nada tengo que dejar claro que he visto más bien pocas películas de este director. La más reciente ha sido la mencionada en el título. De todas formas, con solo ver un filme dirigido por Tim Burton se puede hacer una sentencia válida para la casi totalidad de sus películas: se tratan de historias realmente extrañas. La característica principal del director estadounidense no es otra que el surrealismo, la combinación del terror con el humor, la imaginación... 

La novia cadáver, por su parte, presenta sin lugar a dudas todas estas cualidades. El protagonista es un joven llamado Víctor Van Dort, quien ha sido prometido a una joven de familia aristócrata (pero arruinada)  de su mismo pueblo. Por suerte para ambos, nada más conocerse quedan prendados el uno del otro. Más adelante, por una serie de enredos  varios, que solo se pueden conocer viendo la película, Victor se topa con una novia cadáver, quien se lo lleva consigo al mundo de los muertos. Al instante se percibe la peculiaridad del cambio de escenario: las imágenes del mundo de los vivos están cargadas de tonos grises, oscuros y fríos (otra característica propia de Burton), mientras que ahora, en el mundo de los muertos, no solo reinan el color y la luz, sino que también hay una atmósfera de alegría y jolgorio desconcertante. 

Lo más destacado de esta película, para mí, es básicamente la originalidad y la rareza de la misma. Rareza ya no solo por el hecho de mostrar la muerte de forma tan festiva, sino además por saber introducir en medio de la fantasía y el humor ligeramente macabro temas como la bondad y maldad humanas, pues en ella unos personajes dan grandes muestras de generosidad (Emily, la novia cadáver, por su amado Víctor), mientras que otros muestran actitudes tan reprochables como las relacionadas con el interés económico (los padres de la prometida quieren este compromiso para evitar arruinarse por completo).

Desde mi punto de vista, La novia cadáver es una película claramente entretenida e interesante, aunque digamos que tampoco la considero como imprescindible, ni tampoco la destacaría de entre las mejores de Burton (basándome en los títulos que he tenido oportunidad de ver). Para hacer un balance, diría que es bastante mejor que su adaptación a Alicia en el pais de las maravillas (2010), la cual considero muy sobrevalorada; pero no llega por ejemplo a la calidad de filmes como Eduardo Manostijeras (1990), a la cual es posible que dedique una entrada más adelante.

En consecuencia, yo clasificaría a Tim Burton como un autor merecedor de halagos gracias a su imaginación tan fuera de lo común y a su afán inconfundible de tratar los temas más lúgubres desde esa perspectiva socarrona e irónica.