Este sitio está lleno de telarañas y polvo. Hace poco más de un año que no abro esta habitación virtual, y en tan poco tiempo, hay tantas cosas que han cambiado.
La última vez era mi cuarto de siglo. Mi vida era tranquila, estable y feliz. El futuro se veía al horizonte como un prometedor amanecer que traería sueños cumplidos.
Y ahora, con un cuarto de siglo, un año y tres meses, al horizonte se lo ha comido una oscuridad que parece tremendamente amenazadora. Mi vida pasó de ser un lugar apacible, ocupado por la rutina, las ganas de estudiar, aprender, trabajar, a un devenir de días inciertos.
La vida, inoportuna como es ella, de repente nos ha recordado, una vez más, que tenemos esa maldita costumbre de dar todo por sentado. Supongo que no soy la única que se ha quedado anonadada por la rapidez con la que nuestro mundo se ha puesto patas arriba de un momento a otro. Y es que, a todos nos han dado un revés en nuestra arrogancia y estupidez. Porque pensar que un sistema tan complejo e interconectado que se sustentaba en un hilo finísimo iba a perdurar indefinidamente, demuestra precisamente lo arrogantes y estúpidos que estábamos siendo. Éramos como los elefantes que se balanceaban sobre la tela de una araña en aquella canción infantil, viendo hasta dónde podíamos llegar.
Y ahora que la telaraña nos ha dejado a todos desperdigados a nuestra suerte, toca buscarse la manera única y particular de sobrevivir. Cada quien se salva como puede, y yo, tal vez, escoja las letras para refugiarme por un tiempo de esta lluvia de locura que está cayendo sobre nuestras cabezas. Ohhh, escribir para salvarse, menudo cliché. Bueno, también lo era eso de que no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde, eso de que todo puede cambiar de un plumazo, que todo es posible y nada es seguro, de que había que lavarse bien las manos, y míranos.
Amigos blogueros, ¿cómo os va? ¿Qué ha sido de vosotros en todo este tiempo?
Os mando un fuerte abrazo virtual.
¡¡¡Hola Sofía!!! Por aquí sigo como me dejaste. Sigo escribiendo, sigo leyendo, sigo a lo de siempre... dentro de lo que cabe, claro.
ResponderEliminarEspero que ya te quedes por aquí. Te echaba de menos. ¿Sigues bien?
Un beso enorme de bienvenida.
Hola, Rosa!!
EliminarMe alegro un montón de ver que sigues escribiendo y leyendo, más en estos tiempos tan raros.
Espero quedarme yo también y, de momento, sigo bien, dentro de lo que cabe :)
Gracias y un besazo de vuelta!
Algunos, todavía, seguimos aquí, ¿por cuanto?, veremos.
ResponderEliminarLo has definido bien, arrogancia y estupidez somos todos los ciudadanos, aquí entran todos, creyéndonos que podíamos dominar a la naturaleza, exigiéndole cada día más, ¿habremos aprendido?, sinceramente... NO.
Un abrazo.
Hay quien dice que esta pandemia es producto de las leyes de la naturaleza y de su forma de restaurar el orden. Al menos, esta situación ha sido favorable para paliar las consecuencias el cambio climático y la contaminación... Tal vez la Tierra sí que nos esté enviando un mensaje.
EliminarGracias y un abrazo!
Qué bien lo has definido. Arrogancia y estupidez. Y el problema es que seguimos siéndolo, que no vamos a aprender nada de todo esto. En fin, me alegra volver a verte por aquí! Y cuídate mucho!
ResponderEliminarBesotes!!!
A ver si con la leche que nos vamos a llevar algo aprendemos...
EliminarGracias, Margari, me alegro de saber que sigues por aquí.
Un besazo.
Te vas encontrar con amigos porque no cerramos tu puerta y hoy ha sido una alegría leerte, leerte en este mundo raro al que tenemos que ponerle muchas sonrisas para que se cure. Saltibrincos
ResponderEliminarQué alegría ver a esos amigos en pie de guerra, Ester!
EliminarUn besazo.
¡Hola, Sofía! La verdad es que se echaba de menos tu rincón de pensar. Me alegra que le hayas quitado las telarañas. Como digo mucho últimamente, no podemos controlar lo que nos viene, pero si podemos decidir cómo lo afrontamos. Estos días son extraños, excepcionales, pero también una experiencia vital de la que podemos sacar excelentes lecciones, aunque como sociedad, creo que al día siguiente de la normalidad seguramente nos olvidaremos rápido de ellas. Así creo que somos. En verano estaremos en la playa y para Navidad apenas nos acordaremos del Coronavirus más allá de los típicos resúmenes de Fin de año.
ResponderEliminarHay que tomarse las cosas con tranquilidad, teniendo en cuenta las partes del mundo en las que conviven a diario con las guerras, con el hambre y con enfermedades más mortales que esta, quedarse en casa escribiendo, leyendo o viendo películas no me parece tampoco el mayor de los infiernos. ¡Un fuerte abrazo!!
Hola, David!
EliminarQué bien saber de ti, gracias por tus palabras.
Sin duda, dentro de la situación que estamos viviendo, somos afortunados. Tenemos internet, libros, redes sociales y salud, que es lo más importante.
Tan solo nos queda sacar un profundo aprendizaje de todo esto.
Un abrazo grande!
¡Hola!
ResponderEliminarQué bien saber de ti. Mi mundo ha cambiado mucho en los dos últimos meses, y con esto de ahora ha rematado, pero aquí sigo, buscando una luz al final e túnel e intentando ver lo bueno.
Bienvenida de nuevo.
Hola, Marigem! Mil gracias.
EliminarTarde o temprano veremos esa luz, seguro.
Un besote.
Hola, Sofía :)
ResponderEliminarA mí todo esto me pilla con el doble de edad que a tí, en medio de una mudanza que no puedo terminar y que, aunque parecía venía rodada, ahora plantea muchísimas incertidumbres en todos los ámbitos. Sé dónde estoy, sé lo que quería y por lo que he trabajado, pero no sé cómo terminaré... Aún así, tengo claro que es tiempo para ponernos a prueba y aquí estoy, tratando de aprobar al menos :) Por cierto, yo también estoy recién retornada a la blogosfera después de una larguísima ausencia.
Un abrazo y re-bienvenida.
Hola, Julia!
EliminarLa incertidumbre se nos ha repartido a partes iguales a todos. No sabemos qué va a pasar, así que tenemos que vivir al día, intentando sacar lo mejor de la situación.
De momento, con seguir sanos y salvos podemos estar más que satisfechos.
Muchas gracias y re-bienvenida tú también.
Un fuerte abrazo.
Yo lo llevo lo mejor posible, dentro del contexto. Aunque a veces me como la cabeza. Creo que no salimos bien de la crisis del 2008, por mucho que se dijera que la crisis había quedado atrás. Mentira. Y ahora este coronavirus nos ha dado un último manotazo, a un sistema social que está más débil que antes de la crisis.
ResponderEliminarEso sí, detesto las teorías de la conspiración, no creo en ellas. La realidad es siempre mucho más gris y prosaica. Y en los whatsapps venga a llegarme cosas conspiranoicas... y lo peor, es que unas se contradicen totalmente con otras. Pero no pasa nada, quién me envía estas cosas no lo parece ver.
¡Un abrazo!
Si pensábamos que lo de antes era una crisis, yo creo que lo que se nos viene ahora nos va a dejar en pelotas totalmente...
EliminarY en cuanto a las teorías de la conspiración, totalmente de acuerdo.
Gracias, Letraherido, por pasarte por aquí.
Un abrazo.
❤️
ResponderEliminarTantas veces abrí la lista de lectura del blog esperando verte de pronto, de nuevo. Aunque no fue así. De hecho fue más lindo, o así lo siento, al menos. Fue ver tu nombre, aunque algo distinto pero saber que eras tú por la forma de decir las cosas. Como ves no es un momento lindo de mi vida, y aunque la contingencia está ahí no es prioridad pero sé que nos pisa los talones y quizá yo me preocupo de más cuando veo toda la gente que viene y que parece no tener ningún cuidado o la higiene más elemental. Y yo claro, el culero que se queja. Bueno, no creo que les caiga mucho peor de lo que les caía antes.
ResponderEliminarSeguiremos escribiendo mujer, mientras podamos. Y, me llevo unas líneas a mi facebook, no sé si uses eso pero si lo haces búscame.
Beso y un enorme abrazo Sofi.
Gilo, me ha emocionado mucho tu comentario, de verdad.
EliminarBueno, ya sabes que el dicho reza que más vale tarde que nunca. Escribir es, para los que nos gusta el asunto, como una adicción a la que vuelves una y otra vez, por mucho que te desenganches.
Te mando otra vez, otro abrazo, que son tiempos para abrazarse.
Hola, Sofía:
ResponderEliminarQué bueno tenerte de vuelta... Muchas veces he entrado a ver si habías vuelto. Publicaste tu cuarto de siglo y ya no habías vuelto. Me alegra saberte viva y sana y con ganas de escribir.
Han pasado tantas cosas desde que te marchaste.... Casi no he entrado por aquí porque acaba de cumplir un año de la muerte de mi hijo. En tu cuarto de siglo estaba cerca de dar a luz.
Me alegra que al final nos hayamos reencontrado en esta tela de araña.
Un beso y cuídate mucho.
Te leo con un nudo en la garganta... Gracias de corazón por tus palabras, es maravilloso ver que este pequeño rincón me ha dado gente con la que compartir y sentir tanto, incluso si nunca nos hemos visto en persona.
ResponderEliminarSiento muchísimo saber lo de tu hijo. La vida a veces nos deja todo patas arriba. Te acompaño sinceramente en tu dolor, y gracias por hacerme saber tu situación, creo que es justo que sepamos también de las tristezas de los que nos leen al otro lado.
Te mando un abrazo muy fuerte.