Mi grasa y yo

Curioso y raro título el de hoy, ¿verdad? Vuelvo nuevamente con un cómic, pero esta vez con una temática diferente, muy actual y con la que seguramente muchos y muchas (especialmente muchaaaas) nos sentiremos identificados. La protagonista de esta historieta no es una mujer ni joven, ni guapa, ni feliz, por una sencilla razón: está gorda. Y no, no es ese complejo paranoico que muchas mujeres experimentan cuando en realidad están estupendas, sino que es la pura verdad. Está gorda, tiene sobrepeso, y lo peor de todo es que no puede solucionar su problema.
Como cabe esperar, recurre a los métodos típicos para adelgazar: dietas, cremas, verduras, ejercicio... pero su escasa fuerza de voluntad la conduce siempre al mismo camino de derrota y culpabilidad.


Sí, en cierto modo es una historia bastante cruda, pues vemos cómo la protagonista debe convivir día a día no solo con su propio malestar personal, sino que además tiene que aguantar las miradas y comentarios de los demás. Porque al fin de cuentas, sabemos que es la sociedad la que impone los cánones de belleza, de lo que es admirable y lo que, por el contrario, causa repulsión y rechazo a quienes nos rodean.
Obviamente si eres hombre y también tienes este problema sufres por estos valores sociales, pero hay que admitir que son las mujeres las que sufren las peores consecuencias. Por mucho que se haya evolucionado, la mujer se ve siempre sometida a esa imposición de estar guapa, joven, y sobre todo delgada, de tener buen cuerpo. La prueba de ello es que los anuncios sobre cereales, cremas adelgazantes, dietas, cirugía estética y un larguísimo etcétera están protagonizados en su mayoría aplastante por chicas (sí, digo chicas, que además están  súper delgadas y que de forma absurda venden productos para bajar de peso, alisar arrugas que aún ni les han salido o tonificar sus ya planísimos vientres). 

Por otro lado, Mi grasa y yo también nos habla de la superación, o más aún, de la aceptación. No se trata solamente de aceptar nuestros defectos físicos, sino que, en un sentido más profundo, ser conciliadores con nosotros mismos, querernos y luchar día a día por mejorar aquellos aspectos con los que no nos sentimos conformes. Suena tal vez un poco tópico, pero creo que hace falta un continuo recordatorio para darnos cuenta que no somos imágenes, sino que somos personas. Ojo, que no quiero que se me malinterprete como ocurre muchas veces: no es que esté defendiendo la obesidad, o los métodos poco saludables, ni nada parecido. Me refiero a que debemos cambiar la mentalidad, sobre todo en lo tocante al físico; en especial las tías, que tenemos que dejarnos de tantas gilipolleces y aceptarnos por dentro y por fuera, y si lo que queremos es mejorar, que sea por nosotras mismas y no por la sociedad.
En definitiva, una historia sencilla pero muy real de la que debemos sacar una moraleja que nos ayudará a aceptarnos como somos, y sobre todo a respetarnos a nosotros mismos y a los demás. 

CONVERSATION

3 comentarios:

  1. No es una temática que ahora mismo me apetezca coger.

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  2. Me gusta sobre todo lo del mensaje de aceptación...al final la sociedad hace mucho pero los peores críticos somos nosotros mismos.
    Tengo varias novelas sobre el tema de alimentación pero enfocadas más a los desórdenes alimentarios...
    Yo por ahora no creo que me anime, pero me parece un mensaje positivo que ahora que se acercan las épocas de verano (y la presión bikini que conlleva) vendrá bien.
    Un beso!

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  3. Yo creo que es más el mensaje positivo que transmite que otra cosa, además que utiliza un tono humorísitco, pero creo que hacen falta más lecturas de este tipo para concienciarnos contra esta sociedad amante del culto al cuerpo.
    Saludos chicas :)

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