P vs L: La letra escarlata

Tengo una manĂ­a que siempre intento corregir, pero nunca lo consigo. Compro todos aquellos libros que me han marcado, todos aquellos libros cuyas historias quiero mantener conmigo, para no olvidarlas, y asĂ­, cuando quiera revivirlas, tenerlas disponibles, prĂ³ximas a mĂ­. No obstante, al final siempre acabo vencida por la ambiciĂ³n, de modo que cuando quiero lanzarme a alguna relectura, me puede la tentaciĂ³n de comenzar un libro nuevo. AdemĂ¡s de dicha manĂ­a, creo que tambiĂ©n se trata de una cuestiĂ³n ligada al temor. Puede sonar un poco estĂºpido, pero muchas veces siento algo de miedo al releer una novela que en su momento me gustĂ³, por la simple razĂ³n de que me da miedo que mi opiniĂ³n de ella cambie, de que deje de gustarme y me decepcione.
Pero en fin, a este mundo se viene a vencer nuestros miedos, asĂ­ que, aunque no con la frecuencia que me gustarĂ­a, algunas veces logro hacerles frente. He aquĂ­ un ejemplo de ello.


En estos dĂ­as me decidĂ­ a releer una novela que destaco entre mis preferidas. Se trata de La letra escarlata. La historia, ambientada en la Nueva Inglaterra del siglo XVII, nos muestra las costumbres de la sociedad puritana y colonial de la Ă©poca, presentĂ¡ndonos desde las primeras pĂ¡ginas a la que serĂ¡ la protagonista principal: Hester Prynne, contra quien se lleva a cabo un juicio por haber violado las normas de la decencia y la moralidad, cometiendo un imperdonable crimen: el adulterio. Sin embargo, aunque subida en el patĂ­bulo y con el fruto de su pecado en brazos, se niega ante el pueblo y los mandos religiosos a dar el nombre de su cĂ³mplice, relegando a las habladurĂ­as y rumores el posible autor del delito, tan culpable como ella. ¿Y quiĂ©n es, se preguntan con gran curiosidad, este hombre? Pues nada mĂ¡s y nada menos que el reverendo de la ciudad, Arthur Dimmesdale.

Como vemos, es una historia interesantĂ­sima por dos claras razones: por supuesto, el tema tratado, pero sobre todo, por la Ă©poca en la que se trata. El autor refleja sin tapujos una realidad social en la que todo era considerado pecaminoso, inmoral, digno de castigo. Sin embargo, la sociedad vivĂ­a en una continua falsedad, y el mejor ejemplo de ello se reproduce en al figura del cura. ¿Acaso en Ă©pocas anteriores el Hombre era mĂ¡s cauto, mĂ¡s fiel y sincero que ahora? No, puesto que su naturaleza siempre lo desencamina, independientemente de la Ă©poca en la que nos situemos. Y sin duda Nathaniel Hawthorne, el creador de esta novela, toma una actitud crĂ­tica ante la falsa moral religiosa de este tiempo, lo cual no era muy comĂºn entre sus escritores coetĂ¡neos.
En ocasiones, refiriĂ©ndome al estilo formal, puede resultar algo engorroso seguir la lectura porque las reflexiones son profundamente filosĂ³ficas, las descripciones detalladas y el vocabulario a veces no corresponde con el personaje, pero sin lugar a dudas, es una obra maestra. Y estoy segura de que mi miedo por volver a introducirme en esta historia al final quedarĂ¡ en nada.


En el año 1995 se realizĂ³ una versiĂ³n para la gran pantalla. En lo personal, me gustĂ³, aunque debo decir que hay muchos aspectos que difieren del original. Tal vez la pelĂ­cula en momentos sea un poco lenta, pero bueno, al menos con las actuaciones no tengo ninguna queja (los protagonistas fueron Demi Moore y Gary Oldman, lo que da un buen punto de apoyo al filme).
Os recomiendo tanto una como la otra, pero eso sĂ­, siempre empezad por el libro, ya que las historias en papel suelen transmitir mucho mĂ¡s. 

CONVERSATION

2 comentarios:

  1. buuff... pues sĂ­ que una se la juega releyendo un libro que en su dĂ­a te gustĂ³ mucho... En quĂ© hora lo hice con una novela que durante años habĂ­a estado entre mis 4 favoritas: Shangai Baby, ¡menuda decepciĂ³n me llevĂ©...! Pero mira, hay que arriesgarse porque en otras ocasiones estableces una relaciĂ³n distinta pero igual de buena que la primera vez con otras lecturas. Yo no sĂ© cuĂ¡ntas veces he leĂ­do ya DĂ³nde el corazĂ³n te lleve o VerĂ³nika decide morir, y siempre me resulta agradable y aprendo algo que se me habĂ­a escapado en anteriores lecturas.

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  2. Bueno, eso es cierto, a veces cuando leemos por segunda o tercera vez percibimos cosas que al principio no habĂ­amos captado; yo siempre suelo decir que a los libros hay que darles al menos dos oportunidades, pues nuestra perspectiva de ellos, segĂºn el momento y las circunstancias, puede cambiar. Oye, ademĂ¡s me has dado una posible idea sobre la que escribir! (las relecturas y nuestros posibles cambios de opiniĂ³n).
    Mil gracias por comentar!! :)

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